diciembre 14, 2024
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julio 14, 2019 | 262 vistas

Shalma Castillo.-

¡Es ahora o nunca!, frase que define a Sandra Michelle Pineda, quien ha experimentado tres culturas distintas y aprendido de cada una de ellas.

Es originaria de Carolina del Norte, Estados Unidos, sin embargo Tamaulipas la adopta gran parte de su vida.

Sin duda, su arraigo y amor a México la trae de nuevo a estas tierras.

Tiene 24 años, es egresada de Negocios Internacionales en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), y aprovecha la oportunidad de realizar un intercambio académico a Burgos, España. En la Universidad de Burgos (UBU).

De este modo, nos comparte un poco de su experiencia de los tres países por donde ha dado paso.

TAMAULIPAS, SU CASA

Michelle nace en Carolina del Norte y gran parte de su infancia la vive en Tamaulipas, ya que su madre es originaria de Ciudad Victoria y tiene familia en la Capital.

En el nivel medio superior regresa a su origen e ingresa a la High School. Sin embargo, los estudios superiores le resultan más interactivos en México y nuevamente retorna para cursarlos en la UAT.

Al realizar sus prácticas en la UAT, aprovecha la oportunidad para realizar un intercambio académico a Europa.

 

LA ADAPTACIÓN EN ESPAÑA

Michelle ha experimentado tres tipos de culturas; la americana, mexicana y europea, las cuales describe que son totalmente distintas.

“La verdad la cultura en Burgos, España, no es lo que espero, al principio pienso que es fácil, ya que hablamos el mismo idioma, pero en sí no es igual porque tienen otros términos y utilizan palabras con diferente significado y hablan muy rápido, además los modales son muy rudos, no están acostumbrados a decir con permiso, disculparse o a ser corteses”.

El clima, en invierno es demasiado frío, de hecho, dice Michelle que al no estar acostumbrada esa temperatura, es necesario tener que usar muchas chamarras.

La comida es otro aspecto al que un extranjero no se acostumbra a corto plazo, ya que no hay tortilla ni picante, alimentos básicos de México.

Sin embargo, lo que Michelle considera “peor” en la adaptación, es el horario, las tiendas las abren a las diez de la mañana y todos cierran a la hora del té, de dos a cinco de la tarde, además los domingos todos los negocios permanecen cerrados.

Michelle confiesa que llega a Burgos con miedo de perderse, de no conocer a nadie. Sin embargo, de una manera u otra todo sale bien.

“La verdad no sé si es porque tengo un angelote, o porque con una buena actitud todo se puede manejar.”

 

EL SISTEMA EDUCATIVO

En la escuela, son más “matados”, es totalmente diferente el sistema educativo: “es difícil porque ellos ya están acostumbrados a saber el tema antes de que el profesor lo enseña, ya van preparados para lo que van a ver en la escuela”.

Los profesores no se relacionan mucho con los estudiantes, mantienen su distancia y sobre todo con alumnos extranjeros.

“Hay profesores unos más atentos que otros, pero los que me dan clase a mí son distantes. Explican algún tema y si alguien no entiende, no se detienen, eso ya es tarea del alumno para investigar”.

Una de las cosas que más le gusta de la escuela, es el grupo de AEGEE (conformado por los mismos estudiantes de la universidad) los cuales organizan actividades, viajes y fiestas para los estudiantes de intercambio.

“Todos los estudiantes de intercambio somos buenos amigos y salimos siempre juntos. Aprendemos a ser tolerantes, ya que a veces no nos entendemos o nuestras costumbres son muy diferentes, compartimos mucho sobre nuestra cultura, gastronomía, ideales, etc.

E incluso varias veces llegamos a organizar comidas internacionales. Uno de esos días le toca hacer de comer a una amiga de Bulgaria, sin embargo algunos alimentos no nos gustaron, pero para no ofenderla nos lo comimos todo”.

 

ANÉCDOTAS

«¡Qué chiquito es el mundo!»

Al llegar a Burgos se desplaza hacia el departamento donde realiza la estancia. Cansada de un largo viaje, la recibe el encargado del lugar y le presenta a uno de sus roomies, un español y ve que tiene otra compañera que al parecer es asiática.

Se instala, descansa un poco y a la hora de salir a prepararse algo de cenar, conversa con su roomie que también habla español y le pregunta que de dónde es, resulta que es de México, “yo también”, “¿de qué estado?” -“Tamaulipas”, – “yo también”, “de Ciudad Victoria”, – “yo también”.

“El mundo es muy chiquito y aquí lo vine a comprobar. Ella con más tiempo en la ciudad, me enseña a moverme en Burgos, en dónde comprar cosas esenciales para el quehacer diario. Aunque solo tuve la oportunidad de estar con ella unos cuantos días, porque había culminado su período”.

Michelle, relata una pequeña historia en su experiencia…

“En México acostumbramos hacer carne asada casi todos los fines de semana, ¡Pues en Burgos no! Los españoles no suelen tener su asador, claro también viven en departamentos y es casi imposible tener uno.

Así que investigamos en dónde podemos hacer una carnita asada. Resulta que a las afueras de la ciudad hay un parque grande con asadores y todos quedamos de ir cierto día.

Al llegar la fecha voy con una amiga, tomamos un camión e hicimos alrededor de 20 a 30 minutos de camino, pero resulta que nos equivocamos de camión. Sí iba relativamente por esos rumbos, pero nos deja lejos.

Llegamos a perdernos y caminamos unos 30 minutos en el monte, subiendo montañitas, ¡se nos hizo eterno! Sin embargo, con una buena actitud (risa y risa imitando el vídeo de «estamos perdidas»).

Terminamos encontrando un camino donde hay carteles con descripciones de la flora y fauna del bosque y lo seguimos hasta que llegamos; tarde pero seguro. ¡Lo que sea por una carnita asada!”

 

AHORA EN CAROLINA DEL NORTE

Michelle decide regresar con su familia a Carolina del Norte, ya que la distancia la hace extrañarlos.

Por ahora, desde hace una semana trabaja en la matriz de una tienda de ropa, y se encuentra como auxiliar administrativo, ya que está aprendiendo las áreas que tienen en la empresa.

Sin embargo, tiene la convicción que no estará de manera definitiva en Estados Unidos, ya que la vida más amena de México, le agrada.

“Quiero hacer un negocio, pero primero juntar aquí el capital y más experiencia, después establecerme en México porque me gusta la vida de allá”.

 

ATRÉVETE, ES AHORA O NUNCA

“En esta experiencia lo más bonito en lo personal, es crear una familia nueva. No importa nuestra nacionalidad, color o idioma, todos llegamos con el mismo miedo, incertidumbre, emoción, ganas de vivir la vida y de conocer lo desconocido”.

El miedo de empezar algo diferente, sobre todo a miles de kilómetros de distancia, es normal.

“La decisión mas aterrorizante y magnífica que pude haber tomado”.

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