En 1983 Alvin Kennard fue condenado a cadena perpetua por robar una panadería y obtener un botín de 50.75 dólares.
Kennard tiene ahora 58 años de edad y al momento de la condena tenía solo 22. Pero el miércoles pasado, después de pasar 3 décadas tras las rejas, recibió la orden de un juez de ser liberado.
Ahora solo quiere vivir con su familia y dedicarse a la carpintería, después haber pasado casi toda su vida en el Centro Correccional William E. Donaldson en Bessemer.
El castigo tan alto se debió a la antigua “ley de ataques” de Alabama o Ley de Delincuentes de Delitos Habituales, ya que al momento de cometer el crimen Kennard ya había sido condenado por otros crímenes.
Sin embargo, si el delito fuese cometido hoy en día solo le habrían dado 10 años.
“Lamento lo que hice, estaba equivocado. Asumo la responsabilidad de lo que hice en el pasado. Quiero la oportunidad de hacerlo bien”, dijo Kennard al juez
el juez acortó su sentencia y usó retroactivamente sus años en prisión.
Con información de: www.upsocl.com