Un joven identificado como Owen Carey, de 18 años de edad, perdió la vida tras comer pollo a la parrilla cuando celebraba su fiesta de cumpleaños en un restaurante de Londres, ya que el alimento le ocasionó una reacción alérgica.
Owen siempre llevaba consigo una EpiPen, una dosis de epinefrina inyectable que podía salvarle la vida de un shock anafiláctico, pero ese día lo dejó en su casa, por lo que terminó muriendo en los brazos de su novia.