En el año 2000, cuando apenas tenía cuatro años, Qian Hongyan fue atropellada por un camión en Luliang County, Yunnan, China, por lo que sus piernas tuvieron que ser amputadas para que sobreviviera.
Qian no contaba con los recursos suficientes como para rehabilitarse con grandes tecnologías o alguna prótesis, así que se las arregló sola hasta que a su abuelo se le ocurrió ubicarle un balón de básquetbol por debajo de su tronco para que se moviera.
Con el tiempo se fue acentuando para poder llevar una vida normal con el resto de los niños, e incluso, en el 2005 fue fotografiada usando ese recurso, obteniendo el apodo de «la chica básquetbol», captando la atención de todo el mundo.
Gracias a algunas donaciones, Qian pudo viajar a Beijing para que le colocaran sus primeras piernas de prótesis, y para el 2007, entró a un club de natación llamado «South of the Cloud», en donde solo había jóvenes con capacidades diferentes.
Esta historia de lucha interminable termina con un campeonato nacional en el Evento Paralímpico de Natación de China en 2009, una medalla de oro en los 100 metros de estilo pecho en los Juegos Paralímpicos de Yunnan y una clasificación a los Juegos Paralímpicos de Río 2016.
Qian nos ha demostrado que cualquiera puede lograr lo que se proponga, y que una discapacidad física no tiene que ser un impedimento, sino una increíble herramienta para llegar lejos.