José del Carmen Perales Rodríguez.-
Cd. Victoria, Tam.-
Para la maestra de preescolar María Leticia Martínez Vázquez, con casi 33 años de servicio, la ausencia cada vez más acentuada de los padres en la formación de las nuevas generaciones se ha traducido no solo en niños con mayores deficiencias en aprovechamiento, sino principalmente en la ausencia de valores elementales, como el respeto.
“Soy maestra educadora, estudié la licenciatura en la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), me gustó tanto mi carrera que decidí estudiar mi maestría para ser mejor maestra. Siempre me he caracterizado como alguien que le gusta mucho investigar, leer, para llevarle lo mejor de mí a mis alumnos”, comenta con emoción.
Refiere que su primer trabajo fue en Tempoal, Veracruz, donde fundó un jardín de niños, muchos de los cuales aún le siguen la huella, algunos de ellos incluso con estudios profesionales y posgrados, con los que mantiene contacto vía redes sociales.
“He pasado también por otras ciudades, como Matamoros y Xicoténcatl, así como por comunidades rurales, actualmente estoy en el jardín de niños Jean Piaget, de esta Ciudad.
LOS FACTORES PERJUDICIALES
–¿Qué cambios ha visto desde que empezó a trabajar a la fecha, tomando en cuenta la diversidad socioeconómica de sus alumnos
“Lo que más me ha impactado es el efecto que han tenido las tecnologías, los dispositivos electrónicos, que se han convertido en distractores, pero también en alternativas para entretener a los niños, cuando antes lo eran las lecturas, los dibujos, la escritura y otro tipo de juegos, ahora sustituidos por las tabletas, los teléfonos inteligentes y los videojuegos.
“También antes las familias eran más grandes, había muchos hijos, y ahora son más pequeñas, con hijos únicos a los que muchas de las veces no se les ponen límites y reglas, escasean los valores, se hacen niños dependientes, no los dejan que hagan nada, ni siquiera vestirse”, expone.
Citó también como otro factor el incremento de hogares con madres trabajadoras, las cuales se ven en la necesidad de dejar a sus hijos con las abuelitas, las tías e incluso con las vecinas.
“Esto ocasiona que los niños se vuelvan prácticamente sin límites, sin valores, pues con quienes se quedan no les van a dar un tiempo de calidad, como se lo puede dar la madre, mientras que las abuelitas consienten, ellas por lo regular apapachan o juegan con ellos, pero a su manera y no para darles una educación”, subrayó.
‘NANA TECNOLÓGICA’
–Los padres de familia por lo regular pensamos que al estar tres años en preescolar, los niños deben salir escribiendo y leyendo, ¿qué ha incidido para que encontremos en primaria y también en secundaria alumnos que no saben leer y escriben con muchas faltas de ortografía?
“Como lo mencioné anteriormente, vuelve a aparecer la evolución tecnológica, porque por ejemplo el niño está llorando y para que no interrumpa sus padres le dan el teléfono, con esto están matando sus neuronas y también su creatividad, después ya no quieren hacer nada, hasta la vista les afectan”, advirtió.
La maestra Martínez Vázquez añade que, sin satanizar los avances tecnológicos, los padres de familia deben analizar detenidamente no solamente el tipo de aparatos o vías de comunicación que les van a permitir a sus hijos, sino el tiempo que las usarán.
“La tecnología es buena, pero también es mala porque no tenemos el control con nuestros hijos, no se les inculca que usen por ejemplo el celular en cosas positivas, en cuanto a los videojuegos lo perjudicial es que tengan un horario para jugarlos, todo esto ya no los deja leer, además los padres ya no se preocupan por tener ese tiempo de calidad que sus hijos necesitan, más los de preescolar”, apuntó.
PADRES AUSENTES
La docente subraya que es precisamente en preescolar donde nacen los cimientos, donde se da el primer contacto niño-escuela, por tanto llegan muchas veces tímidos, con miedo y también con características de su edad, como es el egocentrismo.
“Y nos damos cuenta también que los padres no tienen un tiempo dedicado a sus hijos, que están chiquitos, que apenas van iniciando y que a los siete años se les define ya lo que es su personalidad, reitero, es necesaria la tecnología, pero con acompañamiento, con horarios.
“Están acabando con el tiempo en familia, pues ya vemos a los hijos comiendo, cenando o el poco tiempo que puedan tener con el celular en la mano, lo que genera hijos que se vuelven rebeldes, contestones y ya no obedecen.
Añade la maestra Martínez Vázquez que los padres deben ser cuidadosos y buscar que sus hijos tengan tres virtudes, “les he dicho a los padres que me apoyen y también a sus hijos, porque es un 50 por ciento de ustedes y 50 son míos, esas tres virtudes son la obediencia, la sinceridad y el orden, si lo logran lo demás viene por añadidura”.
PREESCOLAR ¿GUARDERÍA?
La decisión de las autoridades educativas de que la educación preescolar sea de tres años, vino a descargar de responsabilidades a los padres, considera nuestra entrevistada, “porque a veces los padres pierden el interés o piensan que el jardín de niños es una guardería, cuando es precisamente donde empiezan sus bases del aprendizaje y sus valores inician en el hogar”.
A la par, añade la docente, en estos tres años adquieren más habilidades y destrezas, conocen su cuerpo, aprenden a socializar, a tener mayor seguridad, que sean autónomos, reflexivos, se adentran en la lecto-escritura.
“Ahorita con la tecnología ya no les permite a los niños que sepan leer, que comprendan la lectura y lo que escriben, sabemos de casos en primaria que ya por medio de la tecnología los alumnos leen textos cortos ya no quieren leer más, porque su mente está acostumbrada a eso”, menciona.
PADRES VS MAESTROS
La maestra educadora reconoce que cada vez han más rispidez en la relación padres-docentes, por la diferencia en la visión que tienen con respecto a las obligaciones de cada quien tiene en la educación de sus hijos.
“Sí, la verdad sí se desvalorizó mucho al maestro, a tal grado que ahora ya no se puede llamar la atención al alumno, ya no se le puede mencionar nada porque entra el padre de familia a querer denunciar que si porque le habló fuerte, que lo agarró, lo jaló, que lo miró feo.
“O sea, ya el padre de familia nada más está viendo qué hace el maestro para poder denunciar, esto ya no deja trabajar a gusto. En mi caso me gusta mucho trabajar con el padre de familia, pedirle que debe acompañar a su hijo, los integro, les expongo cómo voy a trabajar y la disciplina interna”, comenta.
INCLUSIÓN, EQUIDAD
Al hablar de la Nueva Escuela Mexicana, la maestra Martínez Vázquez admite que la nueva política educativa de inclusión y equidad ha venido a causar confusión en los padres, pero también los obliga a insistir en reforzar los valores desde el hogar.
“Lo primero que debemos valorar es la actitud, el aprecio y el respeto por la diversidad de los alumnos en preescolar y en todos los niveles educativos, aceptar a los niños con capacidades diferentes a los que debemos integrar, hacerlos sentir iguales a los demás, no etiquetarlos, ver de qué forma podemos ayudarlos en todo”.
Y refiere: “Porque nos han tocado niños que son hiperactivos en 3 son los hiperactivos, otros muy agresivos, que tienen algún problema emocional o alguna discapacidad, con lento aprendizaje, a los que nos tocar hacerlo sentir que es igual a los demás a través de nuestras buenas prácticas”.
Al tocar el tema de la ideología de género la maestra Martínez Vázquez, considera que es algo que pasa nuevamente por valores como el respeto, entre pares y no en inculcar determinado pensamiento por parte de los docentes.
“Los alumnos aprenden más de los hechos y de las acciones de los padres, en la escuela los tenemos un 30 por ciento del tiempo y el restante 70 están en casa, donde en muchos casos los valores son precarios. Entonces cómo va a llegar al jardín el niño, cómo se comporta, es el reflejo de su casa, les he dicho a los papás: No se quejen de sus hijos y si se quejan es porque ustedes le han permitido todo lo que a ustedes no les gusta de sus hijos”, subrayó.
RECOMENDACIONES
Para concluir, la maestra Martínez Vázquez hace un llamado a los padres para que procuren que sus hijos tengan una mente sana, que sean emocionalmente sanos y sean más seguros de sí mismos para que puedan enfrentar la vida.
“Ahorita lo que estamos haciendo es enseñarlos para la vida, porque ningún padre asegura estar siempre a su lado, tener ese acompañamiento con ellos siempre, preguntarle cómo te fue en la escuela, fijarse si ya hicieron la tarea, comer juntos en familia, que ellos sepan que tienen una familia y que su familia son papá, mamá y hermanos”.
Pero también ponerles límites, “póngale reglas a sus hijos, a su edad también tienen que conocer sus obligaciones y sus derechos, evitar peleas familiares,” concluyó.