Arely López Galicia.-
MATAMOROS, Tam.- Hasta el momento, únicamente los migrantes que son retornados por las autoridades de los Estados Unidos son quienes están aceptando irse al albergue habilitado en el Centro Deportivo “Eduardo Chávez”, siendo hasta hoy 240 personas las que se encuentran en este lugar.
Mientras tanto, de los migrantes que se encuentran en los campamentos del Puente Internacional Nuevo, solamente 20 personas han aceptado irse a dicho albergue, así lo dio a conocer Juan Antonio Sierra Vargas, encargado de la Casa del Migrante.
Señaló que el resto de los migrantes siguen pernoctando en las casas de campaña en la plaza del Puente o en la inmediaciones del río Bravo, sin servicios básicos y algunos durmiendo a la intemperie.
“Aquí cuentan con literas con colchones, cobijas, alimentación, baños, regaderas, pero sobre todo con un lugar cerrado donde pueden estar mejor y cubrirse de la lluvia, el frío y demás inclemencias del tiempo, pero siguen sin querer trasladarse al albergue”, añadió.
Sin embargo, destacó que ante esta “necedad” no pueden hacer más, pues aseguró que no los podemos obligar de ninguna manera a irse a otro lugar, a menos que las autoridades federales así lo decidan.
Sierra Vargas comentó finalmente, que este fin de semana se espera de nueva cuenta que baje la temperatura y que llueva, para eso precisamente es que tuvieron la intención de abrir este albergue, pero los migrantes simplemente no quieren irse.
Mientras tanto, los migrantes en el Puente Nuevo afirmaron que son dos las razones principales por la que la mayoría decidió no irse al albergue, es porque tienen temor que al estar ahí, después los manden a su país.
“Así como una medida de presión hacia los Estados Unidos, de que nos vean aquí y que no nos den más largas para la corte que nos dan para pedir el asilo humanitario a su país”, refirió Hilda, de origen hondureño.
“Además ya nos acoplamos aquí, aquí dentro de lo que cabe estamos bien, tenemos comida, nuestras carpitas en donde ya nos hemos acostumbrado a estar y sin que nadie nos diga lo que tenemos que hacer”, añadió.
La hondureña, quien viene acompañada de varios integrantes de su familia, dice que entre ellos y otros de su país ya se han puesto de acuerdo para hacer las comidas, y no tener que esperar a que les den.
“Aquí nos sentimos seguros, más seguros que ni estando en nuestro país aun y que vivimos prácticamente en la calle, porque nadie se mete con nosotros, aquí estamos bien en este campamento”, aseguró.
Destacó que son más de mil personas, por lo que dijo no cabrían todos en el albergue, aunque estarían más cómodos. Los migrantes centroamericanos prefieren quedarse en los campamentos.