La congregación ha reconocido que las seis denuncias impuestas por abuso sexual a menores de edad presentadas en contra de un sacerdote son ciertas.
También han confesado que a pesar de que un padre denunciara que su hijo fue abusado sexualmente en 1969, el sacerdote siguió pasando por diversos colegios e iglesias entre Cancún y la CDMX a la par que ejercía como confesor en Salamanca, España.
La confesión se dio gracias a una investigación interna realizada por Praesidium, agencia estadounidense dedicada a la prevención y actuación en contra de abusos sexuales.
Aun con denuncias por acoso y abuso sexual entre 1969 y 2016 el sacerdote continuaba vinculado a jóvenes de una forma u otra y cuando la situación era más que insostenible en México, fue trasladado a España para ser confesor de estudiantes y novicias.
Las seis denuncias admitidas por la congregación tuvieron lugar en Cancún a principios de los noventa. Aunque la congregación culpa de todo al fallecido Marcial Maciel, mientras que las victimas apuntan a muchos más responsables que lo rodeaban y encubrían sus atroces actos.