Hay veces que el amor termina, ya no existe la química y esa persona especial se va de tu lado, te quedas solo, ya paso hace tiempo, pero tú todavía sientes algo. Y no sabes que es, no sabes si es amor, atracción, o si solo extrañas los viejos tiempos.
Pero no te preocupes, expertos dicen que el apego neurológico que existe entre amantes jóvenes es el mismo al que siente un bebé por su madre, ya que hormonas como la vasopresina y la oxitocina se encuentran involucradas en ambos procesos y son claves para ayudar a crear la sensación de cercanía entre las personas.
Y este “dolor” es todavía más duro cuando compartiste algo especial con la otra persona.
“La persona con la que tienes tu primer orgasmo, especialmente si esa persona se abraza contigo después, establece una plantilla para lo que te parece atractivo”, comenta a Discover Magazine, Jim Pfaus, profesor de Psicología y Neurociencia de la Universidad Concordia de Montreal.
Pero el proceso neurológico ocasionado es el siguiente: Los sentimientos vinculados al amor activan la secreción de dopamina en el cerebro, esto nos impulsa a recrear experiencias placenteras. Estos opiáceos naturales de nuestro cerebro ayudan a codificar la experiencia mientras que la oxitocina ayuda a hacer más duraderos los sentimientos de cercanía.
“La oxitocina desata una red de actividad cerebral que amplifica las señales visuales, los olores y los sonidos”, explica Larry Young, profesor de Psiquiatría de la Universidad Emory.