Moscú, 27 Nov (Notimex/Sputnik).- Se dice que tomar un vaso de agua tibia con jugo de limón al despertarse desintoxica el cuerpo, ayuda a quemar grasa y a prevenir el estreñimiento. Por estas razones, cada vez más personas adoptan este hábito en su rutina, aunque no les agrade. Pero ¿es cierto o se trata de un mito? ¿Cuáles son los beneficios reales de esta fruta?
En los últimos años se ha hablado mucho sobre los beneficios del limón y se lo pasó a considerar como un alimento casi mágico para el cuerpo humano. Pero, a pesar de que varias de sus cualidades son ciertas, también hay muchos mitos.
«Es una fruta cítrica, rica en vitamina C, agua y fibras. Además es un antioxidante que nos protege contra los radicales libres, por lo que es un antienvejecimiento celular natural», explicó la nutricionista argentina Silvina Tasat, miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición.
Sin embargo, no es cierto que tomar un vaso de agua con limón en la mañana purifica el cuerpo, ni que ayuda a bajar de peso. Estas han sido las principales razones por las que muchas personas comenzaron a incorporarlo en su rutina.
«No adelgaza, no quema grasas, no desintoxica el cuerpo. Este, en general, no se intoxica y además tiene sistemas de desintoxicación natural a través del pulmón, del hígado y de la orina. Cuando comemos mucho no estamos intoxicados sino empachados», dijo Tasat.
Otro de los mitos es que regula el pH del organismo, cuando en realidad es uno de más ácidos que existen. Tampoco es cierto que mejora el sistema inmunitario ni que contiene grandes cantidades de vitamina C, ya que esta es menor a la de otras frutas y verduras como el kiwi, la frutilla y el morrón.
Por último, es falso que un vaso de agua tibia con limón previene el estreñimiento, pero sí se recomienda beber líquidos fríos al despertarse, ya que promueven el movimiento intestinal.
«No hay que beber un vaso de jugo de limón con agua en ayunas porque eso nos va a limpiar y a depurar. Si alguien lo quiere tomar porque le gusta que lo tome, pero no importa la hora, el organismo no necesita horarios específicos para que un alimento le haga mejor o peor efecto», concluyó Tasat.