Javier Rodríguez es un joven de 23 años con miocardiopatía dilatada, una enfermedad genética que provoca a su portador insuficiencia cardiaca a edad temprana.
La boda se llevó a cabo en el hospital donde Javier era atendido, donde alrededor de 50 invitados, entre amigos, familiares y personal del Hospital de la Universidad de Chicago se reunieron en la capilla del hospital para celebrar la unión.
El pasillo fue improvisado, hecho con papel de seda blanco, con velas eléctricas. El personal del hospital pasó varios días preparando la ceremonia entre Javier Rodríguez y su prometida, Crystal Cuevas.
Uno de los requerimientos del joven era un pastel de fresa, pero ninguna panadería podía cumplir este pedido ante todos los pedidos del día de Acción de Gracias. Pero el personal del hospital fue quien horneó el pastel, al igual que adornaron la capilla con adornos acorde a la boda, con adornos plateados y globos blancos.
El día de la ceremonia, doctores y enfermeras llegaron desde temprano a la capilla y se colocaron en la parte de atrás, la ceremonia se realizó sin ninguna complicación en compañía de familiares y amigos de la pareja.
Rodríguez ya llevaba dos trasplantes de corazón y su médico Bryan Smith le informó a su familia que le quedaban días, con suerte semanas, de vida. Un día antes de la boda Javier le dijo a su doctor que quería que en su lapida dijera “esposo”.
Con información de: upsocl.com
TAMBiÉN TE PUEDE INTERESAR:
https://eldiariodevictoria.com/2019/11/26/crean-anillos-de-boda-que-envian-la-ubicacion-de-pareja/