En esta época del año, casas, centros comerciales y calles enteras se llenan de adornos y luces de colores, propias de la Víspera de Navidad y aunque las luces navideñas son propias de nuestra cultura moderna, las luces navideñas se hicieron populares a finales del siglo XIX.
Fue en 1882 cuando Edward Johnson, quien había sido socio del inventor Thomas Alva Edison, se encontraba como presidente de la Edison Company for Electric Lighting, fue entonces que tuvo una revolucionaria idea.
Unió con alambre de cobre 80 focos de color blanco, rojo y azul y los colocó alrededor de un árbol de navidad, para así hacerlo más vistoso.
Así que Johnson aprovechó la energía eléctrica de la compañía y mandó a fabricar una serie de bombillas para remplazar las velas en su árbol de navidad.
Las primeras luces de navidad creadas por Johnson, eran como una especie de hilos eléctricos con 80 focos cada uno, mientras que en tiempos actuales las podemos encontrar en metros y con decenas de focos y colores.
Las bombillas de esa primera serie de luces eran del tamaño de una nuez y con ellas decoró el árbol de Navidad.
Con esto, Edward Johnson se convirtió en “el padre de la luz eléctrica del árbol de Navidad” y aunque ya era una persona reconocida en el negocio de la electricidad, su ingenio para innovar en los usos de la luz eléctrica lo hizo memorable.
Las series de colores se popularizaron en el pueblo estadounidense cuando en 1885 el presidente Grover Cleveland introdujo a la Casa Blanca un árbol iluminado de manera eléctrica.
La compañía Edison Electric comercializó el invento en 1901 con una serie de nueve enchufes y actualmente no es posible ver la Navidad sin estas maravillosas luces.
Con información de: excelsior.com
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