marzo 28, 2024
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diciembre 5, 2019 | 209 vistas

Rogelio Rodríguez Mendoza.-

Cd. Victoria, Tam.-
Los diputados locales ya convirtieron en costumbre usar la tribuna legislativa para sacar frustraciones y resentimientos, o cobrar revanchas políticas. Ayer no fue la excepción.

Esta vez no fue solamente el gobierno de Andrés Manuel López Obrador el objeto del debate legislativo en la sesión plenaria del Congreso del Estado. Ahora, el “blanco” de las bancadas del PAN y PRI fue el morenista Rigoberto Ramos Ordóñez.

Panistas y priistas hicieron equipo para arremeter contra Ramos, bajo la mirada de satisfacción del coordinador de la bancada del PAN y presidente de la Junta de Coordinación Política, Gerardo Peña Flores.

Por momentos Peña hasta se carcajeó, festejando el embate contra el reynosense.

Fue una gran contradicción, porque mientras por un lado los legisladores insisten en su llamado a la no violencia de género y hay diputadas que se ofenden porque alguien les llama “sexo débil”, la priista Yahleel Abdala Carmona no se detuvo para acusar de cobarde a Ramos.

La coordinadora de la bancada tricolor subió a pedir respeto para su compañera Olga Garza Rodríguez, pero no se cansó de insultar al morenista.

Desde que el diputado Francisco Garza de Coss, como presidente de la Mesa Directiva, abrió las participaciones en el apartado de asuntos generales, se hizo evidente que panistas y morenistas llevaban como encomienda “linchar” mediáticamente al reynosense.

Garza de Coss puso una limitante: solo habría cinco minutos para cada orador.

Dos fueron los pretextos para arremeter contra Ramos: unas declaraciones donde llamó delincuentes a los policías, y una entrevista de radio en la que presuntamente denostó a la priista Garza Rodríguez.

“No se vale que vayamos hablando con ligereza de nuestros policías. Lo digo porque de manera insensible un integrante de este Pleno dijo que los policías eran unos delincuentes”, reclamó la diputada del PAN, Ivette Bermea Vázquez, sin llamar por su nombre al diputado por Morena, aunque fue obvio que se refería a él.

La también panista Martha Patricia Palacios Corral le hizo segunda: “Tengamos cuidado no solamente con nuestros hechos, sino también con nuestras palabras. Hace días se ofendió a las gentes que han mejorado el sentir y la vida de los tamaulipecos”.

Desde su curul, Ramos solo escuchaba y reía.

Luego vino el ataque más directo de la coordinadora de la minibancada priista.

“Tenía otro concepto tuyo diputado. Estoy sorprendida de tu actuar misógino y cobarde. No tienes vergüenza en difamar a una mujer”, casi gritó desde la tribuna, tras reclamar una entrevista de prensa en una radiodifusora, donde el morenista presuntamente insultó a Garza Rodríguez.

El aludido no aguantó más, pidió turno en la tribuna para defenderse.

“Quiero que me graben muy bien”, inició pidiendo a los reporteros que grababan la discusión.

“Me da tristeza porque te conozco”, le dijo, y le reclamó que en su defensa por las mujeres nunca hubiera alzado la voz para defender a su compañera diputada de Morena, Susana Juárez Rivera, a quien Peña Flores humilló la semana pasada, al no nombrarla durante un acto público donde se abordaba el tema de la violencia contra la mujer.

Aprovechó para recordarle a Peña que: “has dicho que no quieres estar en mis zapatos y estás sumido en los zapatos de la soberbia”.

Cuando regresó a tribuna, le dijo a Yalheel que tenía copia de los cheques que cobró por apoyar a la bancada mayoritaria.

La priista no aguantó. Se puso histérica. “Mi integridad, mi dignidad, mis principios y valores no tienen precio. Lo vas a tener que probar”.

“Si los presentas (los cheques) renuncio y si no lo haces renuncias tú”, le propuso a Ramos, quien solamente se reía.

En las galerías del recinto los porristas panistas y morenistas también participaban en el desencuentro. Cada que un diputado de su partido intervenía ellos aplaudían o festejaban con gritos.

Al linchamiento se sumó la misma priista Garza Rodríguez. También cayó en incongruencia: reclamaba respeto y terminó en el insulto y la burla.

“Usted está igual que los niños chiquitos, chillones, que cuando se pelean van a las faldas de su mamá a quejarse” le dijo, para luego aclarar: “Ya no voy a meterme en pleitos estériles”, aunque no pudo resistirse a soltar un reto: “En el segundo piso está mi oficina y allá lo espero para aclarar puntos”.

La morenista Leticia Sánchez Guillermo salió a defender a su compañero.

Les reclamó al resto de las diputadas que no hayan salido a defenderla a ella cuando en una sesión anterior Peña Flores la ofendió a gritos.

“A mí y a Edna Rivera nos gritó y nos faltó al respeto y nadie ha salido a defendernos. ¿Dónde está la congruencia?”, dijo, mientras el aludido sonreía en tono de burla, secundado por Arturo Soto Alemán y Juana Alicia Sánchez Jiménez.

“Yo soy Leticia para los amigos. Para usted soy diputada”, le aclaró Sánchez Guillermo.

También la coordinadora de la bancada de Morena, Edna Rivera López, le hizo un recordatorio a Peña Flores.

“Para tener la lengua larga hay que tener la cola corta”, le dijo, repitiendo la frase que el coordinador de los panistas usó en aquella sesión en que los morenistas abandonaron el salón de plenos.

Luego se soltó enumerando los presuntos logros de López Obrador en su primer año de Gobierno. Se extendió tanto que el Presidente de la Mesa Directiva le repitió varias veces que el tiempo de cinco minutos se había agotado.

El resto de la sesión fue una réplica de las anteriores: unos, los morenistas, defendiendo a López Obrador, y otros, panistas y priistas, criticando sus políticas públicas. Ya chotearon.

 

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