Nicole Caperilla es una mujer que ha dado un giro de 180 grados a su vida, pues desde que se encausó a la tarea de perder peso, le ha traido muchos beneficios además de belleza, salud física, pero también mental.
Esta chica llegó a pesar 120 kilos y su única dieta era la de comer comida chatarra, lo cual provocó que no solo aumentara de peso, sino que se le desarrollara hipertensión y diabetes. Por esas dos últimas razones decidió operarse para reducir su estómago y así al bajar de peso tener una mejor calidad de vida.
Luego de su recuperación y de haber iniciado una dieta saludable, comenzó a ejercitarse, entrenando al menos cinco veces a la semana.
Cuando Nicole alcanzó el peso de 63 kilos, su talla evidentemente también cambió, por lo que pasó de ser talla 20 a talla 4. La mujer contó: “He luchado con mi peso desde que era niña, pero me libré de él. Durante mi primer embarazo engordé mucho y no pude perderlo. Probé todas las dietas y suplementos para perderlo y no se movía”.
En medio de un largo y duro proceso, tanto físico, mental y emocional, Nicole siempre tuvo el apoyo de su esposo Charlie, pero no el de sus “amigos”, pues no eran comprensivos con ella y aunque nunca le dijeron algo negativo directamente, lo disfrazaban o insinuaban sin darse cuenta.
“No fueron de apoyo en absoluto. Ellos criticaban todo sobre mí y me humillaban sin darse cuenta de que sus bromas dolían. Juzgaban o bromeaban sobre lo que llevaba puesto y me decían que no era perfecto. Eran muy negativos”.
Finalmente cuenta que solo eran personas tóxicas en su vida: “Me llevó mucho tiempo darme cuenta de que solo estaban celosos, con la ayuda de algunos amigos y mi esposo Charlie. Me di cuenta de que no necesitaba tener gente así en mi vida”.
Ahora Nicole se encuentra rodeada de nuevos amigos que la comprenden y en quienes se apoya de forma positiva y tanta ha sido su motivación que ahora es entrenadora personal e instructora de clase grupal.