La pequeña jirafa, Jazz, que se había hecho amiga de Hunter, un pastor belga, ha fallecido por una enfermedad llamada hifema que le provocó un derrame cerebral.
La historia de este par se hizo famosa cuando el refugio sudafricano donde estaba la jirafa publicó que el perrito había cuidado a la pequeña jirafa al ser abandonada.
Por desgracia la jirafa tenía una enfermedad congénita: «los dos días antes de morir, Jazz empezó a manifestar inestabilidad en sus piernas y se le notaba apagado. De repente, se derrumbó y vimos cómo la sangre se le comenzaba a acumular en sus ojos. Su frecuencia cardíaca bajó», han descrito desde el refugio.
Hunter se quedó todo el tiempo junto a Jazz hasta que falleció. Los cuidadores comentaron que parecía que Hunter sabía que algo malo pasaba.
«Hunter está bien. Se quedó hasta el final y se despidió. Se sentó frente a la habitación vacía de Jazz por un tiempo y luego fue a ver a nuestros cuidadores. Está comiendo bien y ha vuelto a jugar con su hermano. Es un buen chico», han manifestado desde el Rhino Orphanage.
Por desgracia todos los esfuerzos para salvarla fueron en vano, y su muerte se debió a una hemorragia cerebral por un defecto genético o un sistema de válvula.
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Con información de: www.20minutos.es