diciembre 14, 2024
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diciembre 17, 2019 | 380 vistas

¿Una secuela innecesaria? Cuando uno piensa en “Jumanji” la formidable cinta original de 1995, la imagen mental que se nos viene a la cabeza es la de una estampida de animales. El gran problema de esta tercera parte del sorprendente éxito de 2017 con “Jumanji: En La Selva” es que hay una estampida de ideas repetidas.

Hace dos años, el reboot del popular filme partía de una premisa brillante de que si en la primera película el juego de mesa entraba en la vida real, en la segunda cinta la vida real entraba en el vídeo juego que ya sabemos que el papel está en las últimas y, si no eres digital, no existes. Una vez allí, se desarrollaba un perverso intercambio de identidades, más efectivo si cabe porque el guión se tomaba su tiempo en presentarnos a los diferentes personajes.

Era pues una especie de “El Club de Los Cinco” (1985) con el personaje friqui, la acomplejada, el deportista, y la animadora con los que realmente podías empatizar. En este “El Siguiente Nivel” se repite la historia lo que tal vez no ha sido la mejor de las decisiones. En vez de innovar, amplifica todo lo que funcionó en la anterior entrega. La “Jumanji” original, dirigida por Joe Johnston y estrenada en 1995, era una aventura mucho más oscura de lo que podía aparentar en la superficie.

Detrás del diálogo con lo lúdico y cómo la aventura cobraba vida a partir de poner en escena la narrativa de un juego de mesa, el andamiaje que sostenía la trama era un drama familiar focalizado en el impacto de la pérdida y la conflictividad paterno-filial. La presencia del entrañable actor Robin Williams era apenas un aliciente, una especie de puerta amable para que el público familiar pudiera asimilar de forma más eficaz los elementos siniestros del relato. El filme de “Jumanji: En La Selva” fue algo distinto, que usa a la iconicidad de su predecesora como trampolín para otros propósitos.

En esta tercera parte hay tantos protagonistas que a casi ninguno le llega su momento en el filme, apretujados como están por conseguir su chiste y su momento épico. Tal vez quien mejor encarne esta sensación de estirar la fórmula hasta sus últimas consecuencias sea su estrella, Dwayne Johnson ya que estira sus músculos y los chistes de su mirada súper ardiente, y estira su mil veces repetido personaje de héroe bruto de buen corazón; tal vez, el gran problema de este filme sea en realidad el del blockbuster hollywoodiense contemporáneo.

Mi 7 de calificación porque esta nueva “Jumanji” que es esencialmente una comedia sin originalidad que utiliza a la típica aventura como hilo conductor. Eso ya estaba implícito en los nombres involucrados: desde el director Jake Kasdan realizador de “Malas Enseñanzas” (2010) y la notable “Camino Duro – La Historia de Dewey Cox” (2008) hasta Dwayne Johnson un tipo que siempre se sintió cómodo dentro de esquemas humorísticos, pasando por Jack Black, Kevin Hart y Karen Gillan.

La película de Kasdan respeta al filme original pero no le tiene miedo y emprende su propio trayecto que es divertido y atrapante. Cuando quiere, cuando tiene claro qué contar y dispone los elementos de la manera adecuada, Hollywood construye piezas de entretenimiento nobles, felices. Esta tercera parte de “Jumanji” es una de ellas. Para quienes gustan de jugar una y otra vez el mismo juego, pero sin la originalidad de las cintas anteriores, es solo una buena película palomera: entretiene pero se olvida.

 

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