México, 17 Dic (Notimex).- En la temporada decembrina, en miles de hogares mexicanos el árbol de Navidad se convierte en la decoración principal; sin embargo, no solo se trata de un ornamento, ya que la compra de pinos naturales también ayuda a reforestar los bosques y cuidar el medio ambiente.
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), para este 2019 los 275 plantadores de 12 entidades disponen de una producción de 553 mil 875 ejemplares.
El Estado de México y la Ciudad de México encabezan la oferta y producción con 321 mil y 149 mil, respectivamente, pero existen otras que también tienen plantaciones, como Veracruz, Puebla, Michoacán, Guanajuato, Tlaxcala, Zacatecas, Jalisco, Coahuila, Morelos y Querétaro.
Tan solo para 2017, los productores del país estimaron la comercialización de 700 mil árboles de Navidad naturales producidos en México, lo que representaría una derrama de alrededor de 350 millones de pesos.
Además, según datos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en 2018 ingresaron al territorio nacional más de 640 mil árboles provenientes de Estados Unidos.
En entrevista con Notimex, el director del Bosque de Árboles de Navidad de Amecameca, Carlos Maurer, dijo que cultivar árboles es bueno para los bosques, porque contrario a lo que se piensa eso ayuda a la reforestación; al cortarlo no muere, el tronco sigue vivo y de ese crece un nuevo ejemplar.
De acuerdo con el empresario, el año pasado vendieron alrededor de 42 mil ejemplares y este esperan llegar a 46 mil, lo que representaría un aumento de aproximadamente 10 por ciento.
“Somos la plantación más grande del mundo con este sistema, vienen de Estados Unidos para ver cómo le hacemos, tenemos el premio Nacional de Ecología», y la medalla al mérito forestal, afirmó el director del parque.
En este sentido, recalcó que cada vez que una persona corta un árbol de Navidad en un lugar establecido, lejos de deteriorar el medio ambiente, lo está fortaleciendo, porque con el dinero se plantan más, ayudando a los bosques y a que México sea cada vez más verde.
A su vez, expuso, un árbol artificial está hecho fundamentalmente de plástico, que tarda años en degradarse, mientras que uno natural a los pocos meses se hace composta y puede servir de abono para otros árboles.
Carlos Maurer contó que el Bosque de Árboles de Navidad de Amecameca comenzó a principios de los años 70, cuya primera plantación fue de dos hectáreas y se cosecharon solo dos árboles, pero ahora tienen una extensión de 600 hectáreas.
El director del parque recordó que compraron las tierras a un precio muy bajo, debido a que los campesinos las habían abandonado por su baja cantidad de nutrientes.
“Una vez que te dedicas a un monocultivo, como el maíz, una tierra deja de ser fértil a menos que le des mucho abono y el precio del maíz no da, los campesinos las abandonaron y ya no había árboles ni vegetación”, comentó.
Con ayuda de la Universidad de Chapingo y biólogos, composta y mucho tiempo han logrado un bosque de 600 hectáreas, donde cada año acuden miles de familias a cortar su árbol de Navidad.
La Conafor señaló que para este año los precios de los ejemplares oscilan entre 400 y mil 500 pesos, si las familias recurren directamente a la plantación, o bien de 600 a dos mil pesos en puntos de venta en los centros urbanos.
Además, desatacó que las plantaciones forestales comerciales de árboles de Navidad ayudan a la recuperación y conservación de los suelos, mejoran la economía de las comunidades y los productores.
Estas plantaciones se establecen en terrenos sin cobertura forestal que alguna vez fueron agrícolas o ganaderos, por lo que al reconvertirlos a terrenos forestales contribuyen a mitigar el cambio climático.
En México, las especies que se plantan para este fin son Pinus ayacahuite, Pseudotsuga menziesii o abeto de Douglas, Pinus greggii, Pinus cembroides, Abies religiosa u oyamel, Picea sp y Cupressus lindleyi, en menor medida el Ciprés de Lawson y Thuja.