Florencia Lobo es una joven de 18 años y vive en Tucumán, al norte de Argentina, fue ahí donde a finales de septiembre encontró a dos pequeños felinos junto al cadáver de su madre, dentro de una cueva.
La joven decidió llevarlos a casa y criarlos, a los pocos días uno de ellos falleció por su muy mal estado de salud, pero el otro, bautizado como Tito, se convirtió en su fiel compañero. Pero para su sorpresa, esa pequeña criatura que ella había salvado creyendo que era un gato, resultó ser un puma yaguarondi, una especie en peligro de extinción.
Florencia comentó que un día tito empezó a caminar de una manera extraña, así que decidió llevarlo a que lo revisaran. “El veterinario no sabía ni siquiera qué era. Él sospechó que no era un gato normal”, narró la joven, que, tras las sospechas, el veterinario acudió a un especialista de la reserva de Horco Molle. Donde a través de fotos, confirmo que Tito no era un gato, sino un puma.
Tras la revelación Fernanda decidió entregar a su pequeño amigo a la Fundación Argentina de Rescate Animal, quienes se encuentran en proceso de reincorporarlo a su hábitat natural.
“Si vos lo crías y lo consentís, sentís como que es tuyo y te causa dolor que se lo lleven, pero en el fondo sé que está bien que se lo lleven y lo reintegren a la naturaleza”, concluye la joven.