Arely López Galicia
MATAMOROS, Tam.- Al casi dar un cierre a este año 2019, para la Pastoral Social de la Diócesis de Matamoros, sin duda, fue uno de los más difíciles, por la situación migratoria que prevalece en esta ciudad fronteriza, ante la llegada de cientos de migrantes de diferentes nacionalidades que vinieron a ocupar una gran demanda de ayuda humanitaria.
El padre Francisco Gallardo López, encargado de la Casa y del Módulo de Migrante, consideró que debido a la gran afluencia de migrantes, los cuales siguen llegando hasta la frontera, es una situación muy preocupante, por las afectaciones que esto pudiera generar a la sociedad matamorense.
“Fue sumamente difícil este año 2019, viendo un panorama todavía mucho más amplio de la Casa del Migrante y del módulo, yo creo que para la sociedad matamorense son los afectados por la cuestión de movilidad de los migrantes, ya que como resultado de que estos tienen que permanecer en la frontera, sí han afectado de muchas maneras a la sociedad”, dijo.
Resaltó que tan solo en lo que corresponde a las atenciones que brindaron a través del módulo en la Central de Autobuses, ahí se recibieron a siete mil personas, en su mayoría se trató de mexicanos repatriados por parte de las autoridades de Estados Unidos.
Señaló que mientras tanto en la Casa del Migrante la afluencia fue mucho mayor, aunque no especificó una cifra, comentó que aquí la situación es diferente, pues en las casas se les brindó asistencia por varios días, y esto sin duda generó muchos más gastos.
Sin embargo, el padre Gallardo destacó que afortunadamente se tiene el apoyo de la comunidad católica y de asociaciones civiles, quienes se sumaron en esta ayuda, aparte de la que se les brinda por parte de las autoridades federales.
“Este es el trabajo que hacemos como institución católica, pero no podríamos hacerlo sin el apoyo de la comunidad, afortunadamente la ciudadanía sigue apoyándonos para que nosotros continuemos apoyando al prójimo y esto es muy bueno”, concluyó.
