diciembre 14, 2024
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diciembre 28, 2019 | 506 vistas

Shalma Castillo.-

La clave del éxito es la perseverancia.

Para Cecilia Carolina Guzmán Martínez no hay imposibles.

Si una puerta se cierra, toca otras diez, y una tiene que abrirse. Para ella, el chiste consiste en nunca “dejar de intentarlo”.

Esto la ha llevado a otros países por el mundo, desde el rubro académico y laboral.

A sus 25 años ya tiene la experiencia de un intercambio a Konstanz, Alemania. En la Universidad de Konstanz.

Es egresada de Ingeniería en Gestión Empresarial en la Universidad de Monterrey (UDEM).

Actualmente, la originaria de Ciudad Victoria trabaja en Grupo Maseca (Gruma), en Monterrey, Nuevo León. En su actividad laboral viaja a las plantas que hay en otros países.

 

LOS IDIOMAS ABREN PUERTAS

El proceso para realizar el intercambio académico en esta situación no es complicado, dado a que la escuela se encarga de realizar los trámites y es a través de una beca bilateral, un alumno de otro país viene a México, y uno de México se va a ese país.

En este caso, Cecilia elige Alemania, porque es la base actual de la ingeniería y la mayoría de las escuelas alemanas en cualquier carrera tienen matemáticas, porque los alumnos deben tener el sentido lógico matemático desarrollado.

Cecilia habla español, inglés y alemán; sin embargo, esta estancia le ayuda a reforzar el inglés, porque las clases son en esta lengua y ahí aprende alemán, porque le toca llevar una clase de este idioma.

LA ADAPTACIÓN

Para Cecilia, este proceso le resulta fácil, ya que anteriormente toma el curso semestral de competencias interculturales, justo, para que la adaptación en el intercambio no sea complicado.

“Escogí de Alemania la ciudad menos peor, como se dice, porque en el norte la cultura es muy dura, de allá son los que pertenecen al otro lado del muro de Berlín. En el norte muy pocos, o casi nadie saluda, todos están en su rollo y pocos te ayudan. En el sur las personas son más cálidas, compartidas y amigables”.

“Vivía con dos alemanas, y fue fácil, aunque ellas son muy directas, pero así son y no me ofendía para nada. Una de ellas decía ‘ya trapeé, ya barrí, ¿podrías limpiar la estufa?’, y claro que lo hacía, porque son personas que hacen el 50 por ciento y te preguntan si estás dispuesta a aportar con el otro 50, y así sí te dan ganas. A comparación del mexicano, que esperamos que otro lo haga primero. Son muy amables y buenas”.

Las personas cuando escuchan que intentas hablar alemán son comprensibles y amables. Te preguntan que de dónde eres y si no eres árabe te ayudan, porque eso sí, tienen mucha antipatía por los árabes, pueden estar en un mismo autobús y los alemanes se van a cambiar al lado contrario del árabe.

La única complicación en este sentido es la alimentación. La comida le trae complicaciones de salud y al menos por cuatro, se enferma de gastritis.

“Me explicó el doctor que las bacterias con lo que crecen los frutos allá son diferentes a las de otros países. En este caso, mi cuerpo tardó en adaptarse”.

En esta ciudad utilizan mucho la bicicleta para transportarse, los caminos son muy prácticos, las calles están en buenas condiciones, no se inundan y todo está conectado. Nunca hay tránsito en la vía pública, a pesar de que los semáforos dejen de funcionar a las diez de la noche, la gente respeta.

Los autobuses son puntuales, si dicen una hora es esa hora exacta, ni un minuto menos ni un minuto más.

Es un lugar seguro de día y de noche. “Era un cuento de hadas, decía esta no es la realidad, este no es mi mundo, podía regresar a la una de la mañana del centro a mi casa y no me pasaba absolutamente nada. La gente que toma sabe controlarse, nunca los verás cayéndose de borrachos en la calle”.

“En Konstanz hay un lago que parece mar, hay un ferri para ir a los poblados cercanos de Suiza o Austria. Me acuerdo que iba a patinar en hielo a Suiza porque solo a unos 20 metros está Suiza, o íbamos a hacer cualquier cosa que no hubiera en Alemania”.

Los suizos también cruzan para ir a Alemania a comprar el súper o ropa. “Trabajé en Zara el último mes, solamente doblaba ropa, no indicaba tallas, colores ni ninguna descripción de prendas, y me di cuenta cómo los suizos van mucho, y aunque son 20 metros de distancia, el acento es completamente diferente”.

Acostumbran a comer mucha papa y pasta, la papa es diferente a la de México, la comida no tiene conservadores y para que tenga buen sabor tiene que prepararlo con mucha sal y cebolla. La papa la cultivan ahí y el pollo lo traen de África. En México tenemos huevo de calidad, en Alemania parece de plástico.

El agua purificada es muy cara, prefieren comprar agua mineral o tomar de la llave.

 

EXPERIENCIAS

Cecilia recuerda el Euro Constantina, que se celebra cada año, en donde participan universidades de diferentes países de Europa, hacen juegos de futbol, natación, basquetbol y otros deportes. En esa ocasión le toca ser la guía de un equipo de Londres de basquetbol.

“En mi escuela da una colita del lago, y ahí hay una playa nudista, de repente bajamos al lago y vemos a los viejitos desnudos tomando el sol, nadie se te queda viendo, es normal, tienen otra cultura”.

La primera vez que viaja a Europa no imagina la magnitud de cruzar todo el océano. “Cuando llego a Suiza con mis maletas, espero ver las instrucciones en inglés, y no, veía los carteles y decía, para dónde, y si se me va el tren, y si me pierdo, y fue hasta que estuve en Suiza cuando tuve mi primer choque cultural, al ver todas las letritas que no entendía ni dónde estaba la estación del tren, dónde comprar el boleto, ni nada”.

“Cuando llego a Konstanz, la chica me recibió, me dijo ‘me tenías esperando una hora, a qué hora pensabas llegar’, muy diferente la cultura en México, donde te dan la bienvenida y te reciben preguntando cómo te fue”.

Una anécdota graciosa, es cuando sus amigas piensan que habla chino: “La verdad el nivel del inglés que enseñan en México es muy bueno, porque mis compañeros de otros países lo hablan mocho. Estaba en una parada de autobuses con una amiga de Rumania, y les pregunto a unos chinitos en inglés y ellos me responden en inglés, y mi amiga me pregunta si hablo chino, y le dije que no, que estaba hablando en inglés, y nos atacamos de la risa, porque, obvio, no hablo chino”

 

VIAJAR Y CONOCER TE CAMBIA EL MUNDO

Cecilia dice que esta experiencia le ha abierto grandes oportunidades y realmente cambia todas las perspectivas.

“En mis clases, dije, sí ya me superé en aquel lugar yo sola, que no pueda sacar mis materias y saqué tesis de excelencia. Regresé con una mente súper abierta, el nivel de inglés me elevó al 200 por ciento, tanto que hasta ahorita trabajo en Gruma y me toca viajar por todo el mundo, atendiendo las plantas, ese intercambio me abrió a mí la puerta para poder desarrollar este tipo de trabajo”.

 

EL ÁMBITO LABORAL

Una de las tareas que realiza en la empresa es entrenar a personas de todas las plantas que tiene Grupo Maseca en el mundo, hay un nuevo sistema con el que se está implementando.

“Te tienes que aprender todo el módulo; de producción, de calidad, mantenimiento, inteligencia comercial, predicción y yo estoy más en el de producción y calidad. Entreno desde el gerente hasta el operario y te tienes que saber todo para enseñarles lo que van a hacer en el sistema”

Hasta ahora solo lleva cubierto Estados Unidos, posteriormente sigue México, Latinoamérica, Europa, Asia y Oceanía.

“En Gruma voy a cumplir tres meses, y a las dos semanas ya estaba viajando, pero han sido fracasos, porque he estado en otras empresas que las he dejado por el ambiente laboral, no me sentía a gusto, no me llenaba lo que hacía ahí. Porque Dios te cierra una puerta y te abre cinco más”.

 

A FUTURO

Por lo pronto, en cuestión laboral, en enero regresa a Los Ángeles por dos meses, un mes de entrenamiento y clases, el segundo es estar de lleno en la planta con los operarios. Después es viajar a las plantas de México.

También tiene el propósito de seguir aprendiendo y hacer una maestría, que puede ser en ingeniería o recursos humanos. La opción es hacerla en una universidad reconocida del país.

“Quiero hacer maestría para poder dar clases en un futuro, para poder dar cátedra es requisito, además de la experiencia, e igual para ascender a una gerencia tienes que tener este grado”.

 

NUNCA DEJES DE INTENTARLO

El consejo que Cecilia da a los jóvenes que quieren vivir una experiencia en el exterior, es “que nunca dejen de intentarlo, que si les dicen que no en una, que manden solicitudes a cien más, de esas tiene que pegar una. Ese ha sido mi ánimo, cuando busqué intercambio mandé cuatro y me contestaron en una, en el trabajo mandaba diez diarias para poder entrar en algo bueno, el chiste es intentar”.

“Que no se queden estancados, todos tenemos potenciales, si no es en el área matemática, puede ser cultural, social o alguna gracia y conocimiento debemos tener. Si no tientas jamás lo vas a encontrar. Con el apoyo de mis papás siempre he perdido el miedo.”

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