Fernando Valero Salinas
A partir de las cuatro de la tarde empieza a oler la leña encendida que utiliza para hervir los elotes en un baño con agua, al tiempo que alista los ingredientes como el chile, la mayonesa, el queso molido y los palitos para sostener las piezas que vende.
Así inicia todos los días la jornada de trabajo de José Reyes Díaz Echavarría en la colonia José López Portillo, en el norponiente de Ciudad Victoria.
Con 36 años de trabajo ininterrumpido dedicándose a la venta de elotes, “Don Reyes”, como toda la gente lo conoce en ese sector, inicia su recorrido por la calle Puerto de Bagdad empujando su triciclo, en el cual trae instalado una especie de claxon, el cual empieza a tocar conforme va avanzando, para que la gente lo escuche y salga a comprar este antojo, que para muchos es un auténtico manjar.
Mientras atiende a su vasta clientela y saca los elotes de un baño humeante, les quita las hojas y empieza el proceso de untarles mayonesa, chile y “bañarlos” en queso, “Don Reyes” entabla un diálogo con este medio para contarnos sobre esa labor diaria que realiza con entusiasmo y, sobre todo, con mucho orgullo.
“Yo el horario de trabajo lo inicio a partir de las cuatro o cinco de la tarde, para regresar (a casa) a las nueve o diez de la noche”, dice al comenzar la charla, recordando también cómo fueron sus inicios en este negocio.
“Un día vimos que el elote se vendía bien, que era un antojo que se le da a mucha gente, sobre todo ya en la tarde-noche, entonces empecé vendiendo de a poquito, hasta que le encontré el modo al negocio y ya al final empecé a vender más piezas de elote y así me la he llevado hasta ahorita”, explica.
Con monedas en mano y lista para disfrutar de un elote en una tarde fresca que amerita ese antojo, la señora Nancy, quien habita en la citada colonia, nos comentó que ella conoce a “Don Reyes” desde que era una pequeña de cinco años y que todas las tardes, cuando pasa por su casa, le compra uno o varios elotes.
“Don Reyes ya tiene muchos años vendiendo aquí en la colonia, yo desde que era una niña de cinco años siempre le he comprado y ahora siempre que pasa en la tarde, a mi hijo de cuatro años le compro su elotito también”, comenta.
El conocido y apreciado vendedor dice que a lo largo de estos 36 años ha logrado hacerse de una numerosa clientela por las calles que va recorriendo con su triciclo.
“Sí (tengo) bastante clientela, he hecho mi clientela trabajando mi negocio todos los días, gracias a Dios”, dice agradecido.
Al cuestionarlo del porqué no ofrece también los tradicionales “trole elotes”, José Reyes explica sus razones.
“Lo que pasa es que en los últimos años han subido mucho las cosas y me sale un poco más costoso vender ‘troles’, por eso mejor me la he llevado con puros elotes hervidos, que afortunadamente mis clientes han terminado por preferir, así como hasta ahorita, con su mayonesa, su chilito y su queso molido, que es lo que tradicionalmente lleva”.
Respecto a la opinión de las personas que ya son rostros conocidos para él, con orgullo dice que ellos ya saben que no falla y por eso siempre lo esperan por las tardes.
“Pues que ya están acostumbrados a mis elotes y que les gusta la forma como los preparo y que ya están acostumbrados a que yo todos los días paso segurito en las tardes, haga mucho frío, calor o llueva, yo siempre trato de pasar a la misma hora para ganarle tiempo al tiempo y estar en mi casa a más tardar a las nueve de la noche”.
“Don Reyes” confirmó que en la temporada de frío es cuando más se vende el producto, pues por el clima fresco a la gente se le apetece más y quizá sea porque buscan alimentos calientes para el cuerpo.
Como todo comerciante, José Reyes hace todo lo posible por lograr buenas ventas en el día a día, pero también reconoce que la situación económica es difícil.
“Solo (gano) lo suficiente para comer, pagar algunas cuentas que debo y pues solo para alcanzar (a pagar) ya sea la luz o el agua”, detalló.
Otro aspecto que “Don Reyes” nos reveló es que él anteriormente vendía frutas frescas y que cuando dejó de vender algunos clientes le pedían que retomara ese negocio, pero el optó finalmente por la venta de elotes para ganar el sustento diario.
Además de los compradores frecuentes, el comerciante también ha vendido su producto a candidatos a alcaldes y diputados que se han cruzado en su camino en épocas de campañas.
¿Y hasta ahorita cómo ha sido su relación con sus clientes?, se le cuestiona.
“Fíjese que buena, nunca he tenido ningún problema gracias a Dios hasta ahorita, sobre todo porque casi toda la gente de esta colonia ya me conoce desde hace tiempo”.
¿Alguna anécdota positiva que haya tenido en todos estos años?
“Pues mira, la anécdota positiva que he tenido es que siempre me ha ido bien con toda la gente, gracias a Dios, es lo único que puedo decir”.
¿Y alguna anécdota negativa?
“Pues que cuando he andado lejos de mi casa a veces se me poncha una de las llantas y eso dificulta mucho que empuje el triciclo, ya que se pone más pesado y a veces me he tenido que regresar a la casa a arreglarlo”.
¿Le ha tocado vender sus elotes fuera de Ciudad Victoria?
“Una vez nada más en el municipio de Miquihuana, donde tengo algunos familiares y aproveché para sacar un poco de dinero”, comenta.
En medio de la entrevista, los clientes se le acercaban y cada uno pedía el producto a su gusto, al tiempo que “Don Reyes” mostraba una buena agilidad en sus manos para preparar ese antojo.
“Me vende un elote solo con mayonesa por favor”, dijo una clienta, otros le decían: “Me da uno con mayonesa, chile y queso molido”, otros más: “Me vende dos medios elotes con todo por favor” y así varias frases.
Finalmente, el mensaje que el señor José Reyes Díaz Echavarría le envía a sus clientes y a la gente en general, es que durante este fin de año se cuiden mucho por tantos accidentes que suceden por las fiestas decembrinas, y que la pasen unidos con sus familias y que tengan un Feliz Año Nuevo, con mucha salud y bienestar.