diciembre 15, 2024
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enero 13, 2020 | 482 vistas

Fernando Valero Salinas.-

Cuando el reloj marca las tres de la tarde, llega en su motocicleta y se estaciona justo en la esquina del Siete Juárez, en el centro de Ciudad Victoria, para iniciar con su labor diaria a través de la cual se gana el sustento para su familia.

En la parte trasera de su vehículo instala una canasta de buen tamaño que luce rebosante con las famosas “Panzondonas” y también con los tradicionales “Enamorados”, mismos que cubre con una bolsa de plástico transparente para que la gente pueda ver sus productos, que se han convertido en los preferidos de muchos transeúntes y personas que laboran en los comercios de la zona.

Así inicia todos los días por las tardes su jornada de trabajo el joven emprendedor, Alejandro González, quien ya lleva seis años aproximadamente dedicándose de manera ininterrumpida a este negocio.

Un día soleado de este mes de enero, en medio del bullicio que se genera en la calle Siete, de personas que van y vienen del bulevar Praxedis Balboa y viceversa, de autos y camiones que circulan a baja velocidad porque así debe ser ante el intenso tráfico de la zona centro, Alejandro nos platica cómo fue que inició en este negocio.

“Yo tenía mi empleo en una farmacia como cualquier persona, pero un día en la tarde en temporada de frío se me ocurrió vender unas donas y ‘enamorados’ ya que veía que a la gente se le antojaba mucho el pan dulce por el frío y vi que si se vendía y conforme le fui agarrando el modo al negocio ya empecé a vender más piezas y así me la he llevado hasta ahorita”, dice, mientras comienza a atender a sus clientes.

“Alex”, como también lo conocen muchas personas, nos comenta que su área de trabajo en la zona centro también incluye el Mercado Argüelles, el Seis y Siete Hidalgo, además del Siete Juárez, utilizando una buena estrategia para atraer a su clientela, pues al ritmo de una música “pegajosa”, invita a las personas a comprar sus productos.

Con frases como “Rompe la dieta”, “No te quedes con las ganas” y otras más que se escuchan a través de una bocina, es casi imposible no voltear a ver ese canasto rebosante de pan, elaborado por él mismo y por  su esposa.

Respecto a su horario de trabajo, menciona que es por las tardes cuando sale a las calles a ofrecer su producto a los victorenses, quienes ya lo identifican y reconocen la calidad de lo que vende.

“El horario que manejo (para llegar) es más o menos como a las tres de la tarde, ya empiezo a andar aquí en la zona centro de tres a siete o a seis y después me voy por otras calles o fraccionamientos, pero en sí no tengo una ruta fija”, refiere.

Acerca del nombre que ha puesto a las tradicionales donas, al llamarlas “Panzondonas”, Alejandro nos comenta sus razones.

“Yo les llamo ‘Panzondonas’ porque en tiempo de calor yo vendo lo que es el sabalito ‘panzón’, así le puse yo al sabalito porque es un sabalito ‘gordo’ y por eso es que ahora le pongo ese nombre de ‘Panzondonas’ a las donas”, explica.

Hace una pausa para atender a otro cliente, a quien le hace la tradicional pregunta… ¿Qué le damos, donas o enamorados?.

La persona se lleva varias piezas y “Alex” nos dice que se ha dado cuenta que sus productos tienen una gran aceptación, porque reconocen el toque de buena calidad en el pan.

“Pues mira, está teniendo un impacto muy bueno, el producto es bueno, yo le recomiendo a toda la gente que anda aquí en el centro, que se den la ‘vueltecita’ y que vengan a probar para deleitar el paladar con una rica dona o un ‘enamorado’, está muy rico el sabor y le está gustando mucho a la gente porque se está manejando un producto con buena calidad”, añade.

Alejandro también comenta que en la temporada de frío es cuando le va mejor, ya que es cuando a la gente se le apetece más comer una dona o un “enamorado”, acompañados de un café o chocolate, pues buscan alimentos calientes para mitigar el frío, mientras que en época de calor, los sabalitos “panzones” que vende también tienen gran aceptación.

Al paso de los años, “Alex” se siente contento porque ha logrado hacerse de clientes que ya lo identifican y lo esperan cada tarde por donde pasa para comprarle esas delicias que vende.

“Sí me he hecho de mis clientes, al pasito pero ahí vamos, y ya más o menos sé cuántas piezas me compran o me piden mis clientes y busco siempre ofrecerles lo que me piden”, dice.

En ese sentido, considera que Victoria ha crecido, pero el gusto por disfrutar de una buena pieza de pan, es algo que no cambia, de ahí que trata de satisfacer a su clientela y se siente a gusto en su tierra natal.

“Yo amo a mi Ciudad, siempre ha sido amable y limpia y pues yo estoy muy contento con mi Ciudad”, señala.

Acerca de la situación que envuelve a muchos negocios en la llamada “Cuesta de enero”, Alejandro dice que “ahí la lleva”, pero tampoco se queja, pues lo que hace es algo que disfruta al máximo.

Al preguntarle sobre alguna anécdota que recuerde, “Alex” refiere que hay momentos en los cuales si puede ayudar a alguien, no lo piensa mucho si está en sus manos hacerlo.

“Pues mira, hay de todo, más que nada aquí en el corazón de la Ciudad, hay gente que de repente se les antoja una dona y se entiende que no traen dinero y hacemos el esfuerzo de darles una dona, buscando hacer el bien también”.

Y recuerda una experiencia con una persona de edad avanzada.

“Una vez un señor ya grande me preguntó que cuánto costaban las donas y cuando le dije el precio me dice: ‘ok, cuando ya me paguen, vengo’… y entonces le dije: ‘no se preocupe’ y le di tres donas, uno trata de hacer el bien dentro de las posibilidades de uno”, sostiene.

Afortunadamente, el trato diario con sus clientes ya lo ha convertido en alguien conocido para ellos, además de mostrar siempre un carácter “amiguero” en su labor diaria. “Siempre me ha ido bien, gracias a Dios”, agrega.

Ya para terminar la entrevista, Alejandro envía un mensaje positivo a toda la gente de Victoria, exhortándolos a dar su mejor esfuerzo en todo lo que hagan, pues es la mejor manera de salir adelante.

“Que le eche ganas la raza, trabajo sí hay, nada más hay que salir a buscarle”, dice, y agrega: “Aquí estamos echándole ganas, de lunes a domingo”, concluye.

 

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