CIUDAD DE MÉXICO, enero 26 (Notimex)
El equipo que eventualmente llevó a los Kansas City Chiefs de vuelta a un Super Bowl por primera vez en 50 años estaba en reconstrucción desde mucho antes que el gerente general Brett Veach y el entrenador Andy Reid finalmente encontraran el pilar.
Patrick Mahomes simplemente les permitió apurar la obra.
La historia de cómo los Chiefs fueron ensamblados no comienza o termina con su mariscal de campo rompe récords, pero Mahomes es el hombre clave. La asombrante facilidad del reinante MVP de la Liga para completar increíbles pases, su arrojo cuando acarrea el balón y su liderazgo en el vestuario han sido fundamentales para que Kansas City enfrente a los 49ers de San Francisco por el campeonato de la NFL el próximo domingo.
“La gente pensaba que yo estaba loco en ese ‘combine’, antes que él fuera titular, y dijera que era el mejor jugador que yo hubiera visto”, dijo Veach. “Es el mejor de la NFL. Creo que no soy el único que lo piensa, es toda la liga. Es el mejor de la NFL, en todo lo que hace, ya no te sorprende. Así de bueno es”.
Aunque se perdió la mayoría de los tres partidos debido a una lesión en la rodilla, y jugó disminuido en unos cuantos más por un tobillo adolorido, el estelar mariscal campo superó las 4.000 yardas con sus pases, completó 26 envíos para anotación y apenas cinco intercepciones.
Su valía no solo se reflejó en números. Mahomes tiene un contrato de novato —de momento— y ello le permitió a los Chiefs tener la flexibilidad financiera para reconstruir una porosa defensa que ahora es una de las mejores de la NFL.
Los Chiefs sabían que tenían que hacer algo en ese rubro luego que no pudieron frenar a los Nueva Inglaterra Patriots en el tiempo extra del partido por el campeonato de la AFC el año pasado. El entrenador Andy Reid tomó la difícil decisión de destituir al coordinador defensivo Bob Sutton. Se contrató a Steve Spagnuolo, quien aplicó una agresiva defensa con la formación 4-3, y Veach cumplió con su parte al reconfigurar al personal necesario para esa nueva táctica.
Ya contaban con varias piezas gracias a una serie de atinados drafts, sobresaliendo el tacleador Chris Jones y un par de fichajes en la agencia libre el año pasado que reforzaron el bloque de apoyadores. Pero fue la adquisición del ala defensiva Frank Clark y el profundo Tyrann Mathieu lo que realmente hizo que la defensa de los Chiefs fuera más completa.
Los Chiefs cedieron varias selecciones de draft a Seattle Seahawks para obtener a Clark, y lo ataron con un jugoso contrato de 105,5 millones de dólares. Clark respondió a la inversión, dándoles un temido bloque para hostigar al pasador rival. Mathieu firmó como agente libre, seducido por la oferta de 42 millones de dólares, y no sólo aportó la habilidad de generar jugadas desde el fondo de la defensa, pero hizo que todo el equipo irradiara una actitud intimidante.
“El año pasado, cuando acabó la temporada, sabíamos que teníamos una obligación. Armamos un plan de trabajo”, dijo Veach. “Estábamos convencidos con los jugadores que contratamos. Teníamos que armar una defensa que complementara nuestra ofensiva y lo hicimos”.
También añadieron al esquinero veterano Bashaud Breeland y al apoyador Damien Wilson, además de tomar al safety Juan Thornhill y al tackle defensivo Khalen Saunders en el draft.
Mientras que los Chiefs rearmaban su defensa, el bloque ofensivo apenas necesitó de unos cuantos ajustes. Los wide receivers Tyreek Hill y Demarcus Robinson llegaron mediante el draft para asociarse con el tight end Travis Kelce. También habían obtenido al running back Damien Williams y al wide receiver Sammy Watkins en la agencia libre en años previos.
Ahora, con una defensa que está a la par de su prolífica ofensiva, los Chiefs están en un Super Bowl por primera vez desde que derrotaron a los Vikings de Minnesota para su único campeonato en 1970.
“La mentalidad es que queremos quedarnos con el título y no quedarnos cortos”, dijo Mahomes. “Queremos ir al Super Bowl y ganarlo, no quedar arrepentidos de haber dejado escapado la oportunidad”.