Si quieres ayudar a mejorar el planeta y acabar con la huella de dióxido de carbono, así como combatir el cambio climático, hay demasiadas opciones, pero una de las más difíciles de tomar y significativas es la de renunciar a la idea de tener hijos.
En un estudio realizado por Seth Wynes Y Kimberly Nicholas, el cual ha sido publicado en la revista Environmental Research Letters, sugiere que hay que tener por lo menos tener un hijo menos.
“Recomendamos cuatro acciones de alto impacto (es decir, bajas emisiones) ampliamente aplicables con el potencial de contribuir al cambio sistémico y reducir sustancialmente las emisiones personales anuales: tener un hijo menos (un promedio para los países desarrollados de 58.6 toneladas equivalentes de CO 2 (tCO 2 e ) reducciones de emisiones por año), vivir sin automóviles (2.4 tCO 2 e ahorrados por año), evitando el viaje en avión (1.6 tCO 2e ahorrado por vuelo transatlántico de ida y vuelta) y comiendo una dieta basada en plantas (0.8 tCO 2e ahorrado por año)”, se lee en el artículo.
Aquellas personas que deciden tener solo un hijo o ninguno, ayudan a la reducción de emisiones equivalentes a las que harían 684 adolescentes durante su vida.
Seth Y Nocholas basaron su investigación en estudios que cuantifican las emisiones futuras de descendientes basadas en tasas históricas de CO2.