Chantal Martínez Díaz.-
Veracruzana de nacimiento y tamaulipeca por decisión, Laura Muñoz conquistó la Academia en Estados Unidos, y hoy, además de ser catedrática de una de las universidades más importantes de sureste de ese país, confirma que el autoconocimiento y la constancia abren caminos aun por difícil que parezca el andar. Ella ocupa hoy el espacio de nuestras (os) “Tamaulipecos por el Mundo”.
Los certificados y títulos de estudios dan cuenta del nivel de excelencia en el que ha desarrollado su carrera profesional, inclusive desde el nivel básico.
Laura llegó a Tamaulipas a los cinco años, junto con sus padres y su hermano, se incorporó al Colegio José de Escandón “La Salle”, donde cursó la primaria, secundaria y preparatoria. Después se matriculó en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), en la Facultad de Comercio y Administración Victoria, y de ahí el deseo de obtener una maestría la guió a la Unión Americana.
Hoy, la ficha de la Universidad de Dallas, Texas, refiere una larga lista de reconocimientos recogidos a lo largo de su trayectoria que –por ahora– culmina en un Doctorado en Marketing y Negocios Internacionales por la Universidad de Texas-Pan Americana (hoy Universidad de Texas del Río Grande).
Actualmente, refiere esa casa de estudios, “es profesora asociada de marketing en la Facultad de Negocios Satish y Yasmin Gupta de la Universidad de Dallas. Como parte de su compromiso con la educación continua, ha completado el Programa de Negociación en la Facultad de Derecho de Harvard, el Seminario del Método del Caso en la Escuela de Negocios de Harvard y está certificada en la Evaluación Chally, una herramienta de evaluación de contratación de ventas, de la Fundación de Educación de Ventas”.
Su investigación ha sido publicada en revistas líderes, como Journal of Personal Selling and Sales Management, Marketing Management Journal, Marketing Education Review y The Journal of Business & Entrepreneurship, por mencionar algunas.
Por si fuera poco, desarrolló más de 25 artículos aceptados en conferencias nacionales e internacionales como la Asociación Americana de Marketing, la Asociación para la Investigación del Consumidor, la Academia de Ciencias de Marketing,
Entre sus premios, recibió el Premio al Servicio Sobresaliente 2015 en la Conferencia Nacional de Gestión de Ventas por su trabajo como miembro de la Junta y el Académico Haggar de la Universidad de Dallas (2013 y 2015); también ganó el premio Best Track Paper en 2005 de la Asociación para la Conferencia de Negocios Globales por su trabajo en comunidades en línea y su trabajo sobre emprendimiento en 2016 fue nominada para el premio “Más relevante para emprendedores” en la Conferencia de la Asociación de Negocios y Emprendimiento de EU.
Y es ella quien hoy le regala al Diario de Victoria un poco de su tiempo para platicar sobre su vida fuera de Tamaulipas, donde vivió, creció y tuvo sus bases, que la han sostenido hoy en día.
¿Cómo fue tu infancia?
“Muy estable, feliz, normal. Anduve mucho en bici, adoraba las Barbies (llegue a tener 13)… la convivencia en casa la recuerdo muy calmada, mis papás nunca estaban apurados, al contrario disfrutábamos estar juntos. Recuerdo que vivíamos en la Ciudad de México desde que tenía un año hasta primero de primaria. Mi infancia allá (en el otrora DF) era más activa, culturalmente hablando. Mi papá me llevaba al teatro infantil y a conciertos. Me llevó a ver a Parchís, inclusive me cargó en sus hombros durante todo el concierto para que yo los pudiera ver, porque estaba muy chiquita.
Después, cuando nos movimos a Victoria, nuestro entretenimiento fue más calmado, salíamos a andar en bici por las calles, jugábamos beisbol o yo jugaba a las Barbies”.
¿Y por qué se vinieron a Tamaulipas?
“Mi mamá no quiso criarnos en la Ciudad de México. Observó cómo la vida en la Capital era muy apresurada y distinta, y le pidió a mi papá que nos mudáramos”
¿Cómo fue el transitar a la adolescencia?
“Mis amigas más queridas se dieron en la secundaria y la Prepa (Dulce, Érika, Lysette, Silvia, Jéssica, Elisa y muchas más), mi adolescencia en Victoria fue normal, supongo. Siempre me reía de casi todo, ¡eso me encantaba!, lo amo, siempre éramos simples, pero muy contentas”.
Y cuéntanos, al terminar la preparatoria ¿qué hiciste?.
“Al terminar prepa fui a la Universidad Autónoma de Tamaulipas y estudié contador público en Victoria”
¿Terminaste la carrera?
“Sí, con mención honorífica, incluso.
¿Cómo fue tu vida de universitaria?
“Muy divertida, tenía un grupo genial de amigos. Nos la pasábamos muy padre y éramos igual de responsables al hacer trabajos en equipo o estudiar. Así que eso hizo que fuera muy fácil de disfrutar y aprender. Me gradué en 1999.
¿Cómo fue que te fuiste de Tamaulipas… trabajaste aquí?
“Sí, trabajé durante la segunda mitad de mi carrera en un despacho de auditoría y al terminar me quedé un año más en ese mismo despacho. Hice amigos muy queridos, que también hasta la fecha sigo en contacto con algunos de ellos”.
Sin embargo, el deseo por querer estudiar una Maestría le guió a buscar más: “Siempre quise una maestría y estudiarla no en México. Al terminar apliqué y me admitieron al programa de maestría en negocios en la University of Texas -Pam American (ahora se llama University of Texas Rio Grande Valley).
¿Cómo fue al principio?
“El primer semestre fue difícil. Todo era nuevo y encima en inglés. Una cosa que me ayudó mucho fue que estudié inglés constantemente, nunca dejé de estudiarlo, lo llevé en la escuela, de manera particular tomé clases también (uno Harmon Hall y en el Instituto de idiomas de la UAT), así que el hablarlo no era el problema.
“El primer año viví en los dormitorios de la Universidad y ahí eventualmente conocí a otra chica victorense, y nos mudamos juntas a un depa.
Me mudé sin amigos ni conocidos, donde cultura, idioma y comida eran distintos”.
¿Hubo momentos en que quisiste regresar?
“El querer estudiar y crecer profesionalmente lo facilitó, me encantaba ir a mis clases de maestría, el nivel pedagógico era excelente y eso hace más fácil al alumno el aprender. Tuve momentos que extrañé mucho, pero no, regresar no. Tenía más felicidad profesional. Y te das cuenta que está bien el poner la felicidad personal en pausa para crecer… no significa que no fui feliz, tenía amigos, novio, compañeros de clase, pero al extrañar era extrañar el pasado, y sabía que mi pasado ya no estaba como un presente en Victoria.”
Siempre fuiste brillante en la escuela, los estudios se te facilitaban. ¿Cómo eran tus notas en la Maestría?
“Mis notas de maestría eran As y Bs (sistema Gringo). Es difícil estudiar en inglés (al principio). Tenía que leer todo primero para entender y buscar palabra que no entendía y luego releer todo para ya estudiar.”
Mucho trabajo. ¿Y decidiste seguir estudiando?
“Sí porque se hizo fácil para el segundo año. Terminé la maestría y conseguí cambiar mi estatus de visa de estudiante a visa de prácticas profesionales, y gracias a mi experiencia en México conseguí trabajo en la universidad como auditora, lo cual requirió otro ajuste cultural entre a la vida profesional americana, ya no la de estudiante, así es que tuve que volver a aprender y adaptarme.”
En medio de ese cambio, la doctora Laura Muñoz, mientras se vinculaba académica y laboralmente en la Unión Americana, hizo ese alto en el camino que se requiere en la vida:
“Después de dos años trabajando de auditora hubo un cambio en mí, ya no estaba feliz en mi trabajo, terminé con el novio súper adorado y consideré regresarme a México. Sabía que no tenía opciones de trabajo en EU por la visa, pero mi decisión se basó en una sola cosa: la cosquilla de estudiar me picó otra vez a través de mi amiga victorense con la que vivía, quien me dijo: “Laura, tú eres material de doctorado”.
Y dos, yo no sabía si me iba a casar o no y noté que en Estados Unidos hay libertad de aceptar tu vida cual pase, cosa que en México noté que a las chavas las consideraban “quedadas” y era mucha la presión por casarse. Yo sabía que al menos si no encontraba alguien para mí, quería adoptar y Estados Unidos me ofrecía esa libertad. Así que apliqué al doctorado y mi vida cambió para mucho mejor. Me llevó a convertirme en profesora universitaria, conocí al que hoy es mi esposo y estoy muy feliz personal y profesionalmente. Así que de todo corazón espero que las mujeres de hoy no sientan la presión de que hay que casarse”
Y añade: “Al momento de escoger mi libertad la vida me mejoró. Claro, he tenido problemas, el doctorado fue súper difícil, pero cuando decidí por lo que yo quería, cambió”.
Ahora es Profesora Asociada de Mercadotecnia en la Universidad de Dallas, su área favorita de enseñar es ventas y negociaciones. Incluso ha podido ir a Harvard dos veces, lo cual le llena de emoción y orgullo.
“Fui primero a la escuela de abogados de Harvard a estudiar un diplomado de negociación y conversaciones difíciles. ¡Fregón! Va gente de todo el mundo y ves cómo se da clase en una de las mejores universidades del mundo. Y luego regresé, pero a la escuela de negocios, y tomé el curso de cómo dar clase usando el método del caso (Case Method) que Harvard inventó y lo uso en mis clases”
Así es como día a día se abre paso en la Academia norteamericana, y nuestra tamaulipeca refrenda su compromiso por la clase y su amor por Tamaulipas, pese a que en la distancia le preocupa la situación de inseguridad, sabe que hay gente noble que la hace grandiosa.
Hoy, es socia de una empresa consultora de ventas, da también seminarios, conferencias en diversidad, inteligencia emocional, comunicación efectiva, además de que es una gran madre y también esposa, vive en paz, en el presente y recordando un poco el pasado para contar con memoria y hacer frente al ahora.