Chantal Martínez Díaz.-
Cd. Victoria, Tam.-
Transitar por las banquetas de la Capital de Tamaulipas es un gran reto (de contar con una) o, en su defecto, es un acto de alto riesgo. Estos espacios imprescindibles en las ciudades por el uso contínuo para la movilidad del peatón, hoy en día pareciera ser lo menos importante para la autoridad, que está obligada a invertir en su conservación.
A la larga lista de problemáticas que vive Ciudad Victoria se suma la omisión de la autoridad por conservar y rescatar las banquetas.
En esta Ciudad que el próximo mes de octubre cumplirá los 270 años de fundada, las banquetas han sido invadidas y dañadas incluso por la autoridad misma o bajo la anuencia de ésta desde hace ya varios años.
Organismos públicos como la Comisión Municipal de Agua Potable (Comapa), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y, los privados como Teléfonos de México y los propios particulares, actúan en la impunidad sin que nadie les diga nada: rompen o invaden banquetas a diestra y siniestra y lo último que hacen es componerlas.
Incontables son los casos en que los peatones arriesgan hasta la vida para moverse y ni qué decir de las personas se desplazan con la ayuda de algún bastón, silla de ruedas u otro.
Enlistarla es interminable, basta solo dar una vuelta por las principales calles del centro de la Ciudad, para observar que transitar por las banquetas es casi imposible, en algunos casos por la falta de tapas a los registros, otras porque el concreto está roto y otros más porque los espacios son invadidos por particulares o incluso por los ciclistas que ante la falta de una vía adecuada para su tránsito, las utilizan como única opción.
SEGUIRÁN MARGINADAS
Lo peor del caso no para ahí, lo más grave es que las banquetas de esta Ciudad seguirán siendo marginadas por la autoridad a la que no le alcanza el recurso económico ni las ideas para meterle remedio.
En este 2020, según lo determinó el Cabildo de Victoria, que es la máxima autoridad en la localidad, los recursos federales que se aplicarían para la infraestructura social, que incluye la conservación de este tipo de espacios públicos, serán destinados –según prometieron– a resolver el problema de escasez de agua potable.
El Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS), tiene como objetivo fundamental el financiamiento de obras, acciones sociales básicas y a inversiones que beneficien directamente a las localidades con un alto nivel de rezago social, según la autoridad federal.
Tamaulipas en este 2020 recibirá por parte de la Federación, de acuerdo al presupuesto aprobado, un total de un mil 146 millones de pesos correspondientes al FAIS; el año pasado le otorgaron un mil 109.2 millones que fueron repartidos en los 43 municipios.
A finales del año pasado se aprobó un presupuesto de más de 962 millones de pesos para la Capital de Tamaulipas y de ahí solo se tiene contemplada una inversión de menos del diez por ciento para inversión pública (47 millones de pesos); sin embargo hasta ahora, de esos recursos no se tiene proyectada una inversión para la mejora, conservación o rescate de las banquetas.
En contraparte, por acuerdo, el propio Cabildo que encabeza Xicoténcatl González Uresti, anunció que todos los recursos que corresponden al FAIS y del que pudieran obtener dinero para mejorar estos espacios públicos, será orientado para tratar de resolver otro problema: el desabasto de agua.
Y aunque el acceso al agua es un derecho humano, la movilidad también lo es, inclusive el libre tránsito es un derecho Constitucional que está siendo pasado por alto por las autoridades y así seguirá.
CIUDADES SUSTENTABLES
En otras partes del mundo el acondicionamiento de los espacios públicos para el libre tránsito de las y los ciudadanos es una prioridad. Inclusive forma parte de los esquemas de planeación de las ciudades sustentables que prevén garantizar el tránsito peatonal continuo, seguro y en igualdad de condiciones.
El caminar urbano a través de las banquetas o las aceras, de acuerdo a los investigadores está relacionado con la salud pública, así lo establecen Guénola Capron, Jérôme Monnet y Ruth Pérez López, en el documento “Infraestructura peatonal: el papel de la banqueta (acera)”.
Señalan que por un lado la problemática de la contaminación ambiental y del cambio climático ha llevado a expertos, activistas y, en fechas más recientes, gobiernos, a incriminar el despilfarro de energía y espacio que representa el transporte motorizado individual y a revalorizar el caminar como un modo de transporte urbano económico en todos los aspectos.
Por otro lado, el sedentarismo, propiciado por los hábitos de vida (consumo, trabajo, transporte, ocio), desemboca en una “epidemia” de obesidad y un incremento de enfermedades cardiovasculares, por lo que, después de siglos de desconsideración, médicos y urbanistas convergen para llamar la atención sobre los beneficios de caminar en la ciudad y utilizar las banquetas para ello.
Y voltear la mirada a las banquetas no significa solamente el rescate, sino que se trata de generar en la población todo un cambio de cultura que permita eliminar también las barreras de infraestructura que se van permitiendo sin consideración de las personas con discapacidad.
LETRA MUERTA
Además de la fundamentación constitucional, existe a nivel local diversos reglamentos que norman el uso de las banquetas, pero hasta ahora sólo son “letra muerta” que abulta los códigos y que la propia ciudadanía desconoce.
Como botón de muestra, en el Reglamento de Tránsito del Municipio de Victoria, Tamaulipas, refiere sobre derechos y obligaciones tanto para conductores de vehículos como para los peatones.
En el Capítulo Sexto, concerniente a las prohibiciones a los conductores de vehículos, en el Artículo 16 establecen en diversos numerales lo que no tienen permitido hacer, como por ejemplo en el apartado XIII, que prohíbe circular sobre las mangueras de bomberos o de protección civil, banquetas o zonas exclusivas para el uso de peatones, parques públicos, camellones, barreras que dividan carriles de circulación opuesta o canalicen carriles de movimiento específico de circulación, barreras o dispositivos para la protección de obras u obstáculos en la vía pública y sus marcas de aproximación.
Y hasta advierten: se aplicará una multa de tres a quince unidades de medida y actualización (UMA), a quienes transgredan lo dispuesto en ese artículo y, se aplicará una multa mayor si se trata de una violación a las atribuciones que se le otorgan en el artículo 97 de ese ordenamiento.
Al igual que el de Tránsito, existe un Reglamento de la Imagen Urbana de Victoria, Tamaulipas, que refiere que ésta constituye un punto de encuentro entre la cultura y la naturaleza y contribuye a la formación de las culturas locales y a la consolidación de la identidad.
Asimismo, explica que la protección del ámbito urbano y la imagen de la Ciudad, contiene valores históricos, antropológicos, estéticos y sociales que contribuyen un patrimonio común y un recurso económico colectivo.
En su artículo 34, numeral II, establece que queda prohibida la obstrucción de la circulación en las banquetas y en las rampas por vehículos, puestos de comercio ambulante y mobiliario urbano, el cual deberá instalarse de forma tal que afecte en el menor grado posible la circulación de las personas, normatividad que queda en el papel, prueba de ello son los innumerables postes que obstruyen el paso en las banquetas o los puestos que se han apropiado prácticamente de las calles ante la falta de espacios públicos donde les permitan ofrecer sus productos.
LA ESPERANZA
A través de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, el Gobierno de Tamaulipas ha impulsado planes de movilidad urbana sustentable (Pimus), en las zonas metropolitanas de Reynosa-Río Bravo y Tampico-Madero-Altamira; sin embargo, éstos no alcanzan todavía ciudades como la capital.
Se supone que dichos planes están alineados con la Nueva Agenda Urbana 2030 de las Naciones Unidas, los 17 objetivos de desarrollo sostenible que promueven temas de inclusión y equidad para construir ciudades más humanas, competitivas y sostenibles.
Según se ha explicado, uno de los principales objetivos de esta administración es lograr una movilidad urbana que permita el desplazamiento de personas, bienes y servicios con igualdad, equidad, sustentabilidad, seguridad, eficiencia y resiliencia.
Además, los Pimus priorizan la movilidad peatonal, ciclista y el transporte público para tener en Tamaulipas ciudades más humanas, competitivas y sostenibles, generando una esperanza en esta Ciudad Capital.