A cuatro meses de haber perdido un bebé y ahora nuevamente embarazada y de alto riesgo, Lucely Chalá buscaba refugiarse en el vestidor de su casa. La familia del jugador, Renato Ibarra, la insultaba, la arañaba, la golpeaba en la cara y el cuerpo… y ahí, junto con ellos, el americanista la agarró del pelo y a jalones impidió que se defendiera.
“¡Me vale ver**, péguenles, no me importa si hay un muerto, péguenles!”, gritaba el futbolista mientras el resto la agredía. Es lo que contó Lucely Chalá ante las autoridades de la Fiscalía de Justicia capitalina (FGJCDMX).
Su acusación ha servido para el expediente CI-FTL/TLP-4/UI-1C/D/00586/03-2020, con el que autoridades podrán acusar legalmente de Tentativa de Feminicidio, Tentativa de Aborto y Violencia Familiar, al deportista.
Lucely Estefanía Chalá expresó que desde hace siete años que estaban juntos el jugador y ella. En 2016, contó, llegaron a CDMX junto a su hijo de cinco años, a vivir a Ciudad de México, luego de haber sido contratado por las Águilas del América.
Según contó la joven, los problemas más fuertes surgieron en su relación a partir del pasado 28 de febrero, alrededor de las 14:00 horas, estaba platicando con él, y le comentó que lo mejor para ambos sería la separación.
Tras la respuesta del jugador, contó Lucely, fue comenzar a gritar y ser agresivo. Le dijo que tenía que irse de la casa, ya que él pagaba la renta. Renato tomó el teléfono, llamó a su padre en Ecuador y le dijo “que le ayudara a sacarme de la casa y que viajara a México para tales efectos”. Fue entonces, que el ecuatoriano sacó una maleta y se fue de ahí. Lucely, temerosa de que pudiera cumplir su amenaza, tomó el teléfono y llamó a Ana Karen, su hermana; le pidió que tomara el primer vuelo de Ecuador a México, para que le ayudara a cuidarse por su embarazo de alto riesgo.
El 1 de marzo, llegó su hermana. Todo iba normal, pero, a lo que contó Lucely, el día 3, Renato apareció “ebrio” y comenzó a discutir de nuevo, mientras ella estaba en la cocina. “Notando que estaba tomado… ya que estaba tomando vino con un amigo de él, diciéndonos mi concubino, a mis hermanas y a mí, de manera agresiva y gritándonos que nos fuéramos de su casa que no quería que estuviéramos ahí, que era su casa que él pagaba la renta”, relató ella.
Ahí, en la cocina, el deportista tomó un jarrón, lo lanzó y estrelló contra una pared, al tiempo en que le gritó: “a la ching***, me tienen harto me tienen hasta la ver**”. “Entre otras palabras de majaderías”. Al día siguiente, llegó la familia de Renato a su casa.
Lucely contó que la familia del jugador, desalojó las maletas de su hermana para ellos instalarse ahí. Ante eso, ambas, junto con su hijo, tuvieron que dormir en la recamara del pequeño.
EL DÍA DEL ARRESTO
Para el 5 de marzo, las agresiones de la familia de Renato hacia la mujer, ya eran constantes, según contó ella. Mientras el jugador se fue a entrenar, ellos le dijeron que era una “sinvergüenza”, que no tenía dignidad. Lucely y su hermana decidieron salir de la casa y regresar más noche. Al volver, ya estaba el futbolista, por lo que Lucely le pidió que calmara a su familia pues no dejaban de insultarla. En respuesta, relató ella, comenzó a gritarle y le dijo: “A mí no me digas nada, ve tú y díselo a ellos, a mí no me estés diciendo ni vergas”, le respondió el jugador del América.
Fue en ese momento cuando llegaron todos los familiares de Renato a la recámara. La hermana de Lucely comenzó a grabar con su teléfono, pero entonces la hermana del futbolista se le acercó y le dio una cachetada con la mano derecha. Lucely se levantó de la cama para defender a su hermana, pero quienes estaban ahí “me empiezan a agredir físicamente con golpes en la cara y cuerpo, así como me rasguñaban”.
Mi concubino me toma de mi cabello y me da jalones tratando de evitar que me defendiera, por lo que somos acorralados en el vestidor mientras que nos gritaban: por qué no salíamos si somos tan valientes, que nos iban a golpear que estábamos picadas por el dinero de mi concubino”, contó.
Lucely recordó que en ese instante Renato Ibarra gritó: “me vale verga, péguenles, no me importa si hay un muerto, péguenles”. La hermana del americanista y una de sus acompañantes “me golpeaban y arañaban en el pecho y Marlon Aguas le dio un empujón a mi hermana Ana Karen por la espalda provocando que cayera al suelo en la alfombra”. Un amigo de Renato les advirtió que la Policía estaba llegando. Aun así, el deportista no cesó en sus insultos.
“Hijas de pu** mantenidas”, gritaba. Instantes después un par de patrullas de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) se presentaron en el domicilio. Los agentes habían llegado ya para ayudarla…
Con información de: excelsior.com.mx