Chantal Martínez Díaz.-
Cd. Victoria, Tam.-
Hermen Eguía Román es prácticamente una promotora turística de México. Desde hace 38 o 39 años (no recuerda con precisión cuántos) ha recorrido gran parte del país para traer mercancía artesanal para su comercialización.
En un principio acompañada por su esposo (falleció hace seis años), recorrieron los estados de México, Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz, Michoacán, Yucatán, Puebla, Jalisco y el propio Tamaulipas.
A raíz de ello decidieron formar un pequeño negocio familiar. En 1981 era de los más visionarios, pues las campañas de promoción turística y un considerable número de visitantes extranjeros (sobre todo norteamericanos) le auguraban un gran éxito.
La ubicación de negocio también fue pensada estratégicamente: dentro del Mercado Pedro J. Argüelles, en el segundo piso. En esa época la gente subía con gusto y la mayoría de los locales sí se encontraban abiertos.
Hoy el panorama es desolador, debido a que en la planta alta del mercado apenas sí sobreviven unos cuatro locales, incluido el de doña Hermen.
“Aquí es mi hogar, porque estoy todo el día, hasta en la noche que me voy a mi casa a dormir”, refiere.
Por lo pronto, la dinámica comercial se ha modificado debido a la contingencia por el covid-19, sin embargo, una vez que se levante la cuarentena y vuelva todo a la normalidad, Hermen seguirá con la venta de mercancías “Si Dios le da licencia”.
Hay bordados, cerámicas, guitarritas de madera, cuarzos, vestidos, huaraches, gabanes, llaveros y más artículos que cuentan la historia de las manos mexicanas que los elaboraron.
De Puebla trae los bordados, blusas y batas; de Jalisco (Guadalajara y Tonalá) la cerámica y los trajes de charro; las guitarras de Yucatán; los bordados de Oaxaca; las blusas de Puebla; de Michoacán todo lo de madera.
Y las bolsas, botellas y llaveros de Tamaulipas.
Reconoce que ahora el producto se lo envían debido a que ha bajado mucho el número de viajes que realiza debido al desplome de las ventas, además, a lo largo de los 39 años que lleva acreditado su negocio, ha logrado entrar en contacto con los productores, quienes se lo envían directamente.
Rescatar lo hecho en México y nuestras tradiciones, además del trabajo de los productores, es lo más importante.
Y aunque desde hace diez años ha bajado la visita de “americanos”, sigue siendo un atractivo visitar su tienda y comprar sus productos, sobre todo ahora que los propios locatarios han comenzado a darle una remozada al mercado Argüelles.
“Dejaron de venir hace diez años, (¿a raíz de la inseguridad?, se le cuestiona)… pienso yo, pero tengo todo ese tiempo y como quiera viene gente, llega y les gustan las cosas mexicanas, ellos lo aprecian mucho.”
Una sobrina le ayuda, pues sus dos hijos decidieron estudiar una profesión y no se interesaron en darle continuidad a este negocio, que hoy sigue en manos de la señora Eguía, dedicada desde siempre al comercio.
Cuenta que pocos son los vecinos del mercado que permanecen en la planta alta. Algunos se fueron para siempre, otros ocupan los locales como bodegas y otros más se fueron de ambulantes, pero mantienen sus espacios.
“Yo ya estoy acreditada, tantos años de trabajo, viene la gente y para mí sale. Todo está muy difícil, hay veces que no vendemos nada”.
EL DATO
Aunque apenas se está en proceso de conocer las cifras actualizadas y el panorama real de las personas adultas mayores que tienen 60 años o más, en Tamaulipas hasta hace tres años se contabilizaban 489 mil 871 personas en este grupo poblacional.
De ellas el 54.8 por ciento son mujeres y el resto (45.2%) hombres.
Se estima que tres de cada siete adultos mayores en esta entidad trabajan; es decir, son parte de la población económicamente activa.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía señala que la tasa de participación económica de población de 60 años y más es de 22.8 por ciento, de los cuales el 67.7 por ciento son varones y el 32.4 mujeres. Es decir, doña Hermen Eguía forma parte de esta estadística a la que aún le quedan fuerzas y ánimos para seguir adelante.
Esa misma encuesta refiere que las principales causas de defunción en este grupo son las enfermedades del sistema circulatorio, con 33.9 por ciento; las enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas con 20.2 por ciento; los tumores con 14.7; fallas en el sistema respiratorio 9.1 por ciento y del sistema digestivo ocho por ciento.
SUS DERECHOS
Algunas instituciones y organismos públicos trabajan para fomentar el cuidado y el respeto a los adultos mayores y hacer eco de sus derechos.
Por ejemplo, la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas (Codhet) alienta al Gobierno y a las instituciones privadas a implementar programas amplios para la protección de la vejez.
También hacen un llamado a las familias para que “presten apoyo y den seguridad a las personas adultas mayores en conocimiento a las aportaciones que hicieron, a su tiempo, al bienestar y al progreso de la sociedad”, máxime que “tienen derecho a vivir con dignidad y seguridad, libres de explotación y de maltrato físico o mental”.
Los adultos mayores deben tener alimentación, vivienda, vestido y atención a su salud. Hombres y mujeres tienen derecho al trabajo para generar ingresos, sin la barrera generacional.
“Tienen derecho a jubilarse. Tienen derecho a vivir en ambientes seguros adaptables a sus preferencias. Tienen derecho a residir en su propio hogar el tiempo que le sea posible. A seguir integrados a la sociedad y a participar activamente en ella, incluido el proceso de desarrollo y la formulación y la aplicación de políticas que favorezcan su bienestar”.
Asimismo, es su derecho compartir conocimientos, capacidades, valores y experiencias con las generaciones jóvenes, entre otros.