diciembre 12, 2024
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marzo 31, 2020 | 240 vistas

Ernesto Lerma.-

Con toda esta pandemia mundial del Coronavirus y lógicamente cerradas las salas de cine, vale la pena recordar y profundizar a detalle el estupendo filme “Contagio”, producción norteamericana del año 2011 que en días recientes volvió a tomar relevancia, e incluso se lanzó como un estreno falso a través de las redes sociales.

Este filme es de Steven Soderbergh, un director estadounidense que saltó a la fama desde el ámbito de la producción de cine independiente y de autor con la interesante cinta “Sexo, Mentiras y Vídeo” que le hizo acreedor al prestigiado premio de la Palma de Oro en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 1989. Luego comenzó a desarrollar una ecléctica carrera en los sectores más mainstream en el cine industrial de Hollywood.

Hay que decir primero que nada que “Contagio” no está nada mal, que se ve sin problemas y que su primera mitad tiene algunos excelentes momentos. Soderbergh vuelve a recurrir a su característico distanciamiento, yendo por un camino diferente al que iba una película de temática similar como “Epidemia” (1995), la cinta dirigida por el cineasta alemán Wolfgang Petersen protagonizada por estrellas hollywoodenses como Dustin Hoffman, Morgan Freema, Kevin Spacey, Rene Russo, Cuba Gooding Jr. y Patrick Dempsey.

“Contagio” fue basada por la pandemia de gripe A (H1N1) de 2009-2010, pero en este año 2020 por la creciente epidemia del Coronavirus adquirió mucha más notoriedad, debido a que ambos sucesos comparten muchas similitudes. Visto en esta cinta, en el fondo de la trama a Soderbergh no le importan al menos en primera instancia las personas, los hechos o los espacios afectados más que como elementos funcionales a algo más, que son los procedimientos o normativas.

Los múltiples protagonistas de la película con un variado reparto integrado por Marion Cotillard, Matt Damon, Kate Winslet, Laurence Fishburne, Jude Law, Gwyneth Paltrow y Bryan Cranston que en la mayoría de los casos no se cruzan, son individuos muchos de ellos verdaderos profesionales siguiendo reglas pautadas de antemano, aunque no estén escritas en papel. Burócratas, científicos, políticos, militares, periodistas, incluso las víctimas, todos se guían por pautas preestablecidas.

Soderbergh se dedica a contemplarlos, analizando sus códigos y midiendo la solidez de ciertas construcciones institucionales y tradicionales que forjan al ser humano, incluso frente al dolor. Esto se ve de forma muy patente en el escudo que parece construir el personaje de Matt Damon, que pierde a su esposa e hijastro, y se concentra en seguir adelante para proteger a su hija. Donde demuestra ser muy efectivo el filme es en la exploración de los límites de las leyes humanas, hasta dónde cada individuo, grupo o núcleo social puede aferrarse a las nociones que se construyó previamente.

Esta película es una excepcionalmente inteligente y escalofriante película de desastres, muy realista, antisensacionalista, sobre una epidemia global que merece respeto por tratar con seriedad el método científico, el filme es fascinante en sus escenas iniciales, pero después de que se comience a extender el pánico, todo lo que ofrece es la visión de gente comportándose con maldad. Que esperemos que con la epidemia actual del Coronavirus no pase a si en la realidad.

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