Juan Díaz Rodríguez.-
Debido a la vecindad con los Estados Unidos, a mediados de la tercera década del siglo XIX comenzó a diversificarse el uso de la imprenta en Tamaulipas. Fueron raras las poblaciones principales del estado que no contaron con este adelanto tecnológico, llevando la delantera las ciudades de Matamoros, Tampico y la capital, Ciudad Victoria, en donde por su particularidad de sede de los poderes políticos, siempre contó con la imprenta oficial, aunque, como ya se mencionó en colaboración anterior, Samuel o José Manuel Bangs, inauguró el arribo de las imprentas particulares con su “Prenza (sic) libre de Bangs” en la cual seguramente editó su periódico semanario El Telescopio del cual publicó 32 números entre agosto de 1836 y marzo de 1837. Igualmente inició con la formación de personal para el desarrollo del trabajo tipográfico y la venta de utensilios inherentes a los trabajos de impresión.
Fue quizá mediante el método del aprendizaje –que consistía en el reclutamiento de niños y jóvenes cuyos padres celebraban un contrato para que una persona que desempeñaba un oficio, en este caso de impresor– que los futuros encargados de imprentas de Tamaulipas fueron capacitados en esta disciplina. Los contratos de aprendizaje se celebraban ante un escribano público y se elaboraba una escritura en la que constaban las cláusulas que establecían los compromisos y obligaciones de ambas partes.
A diferencia de Bangs y Cotten de los que ya se hizo mención y se logró obtener alguna información biográfica, con los impresores que los sucedieron en la encomienda oficial no tuvo éxito en saber más datos que su nombre y los años que tuvieron esta responsabilidad. Francisco García sustituyó a Bangs en 1837 y duró en el puesto de impresor oficial casi 10 años, relevándolo en diciembre de 1846 Ascención Pizaña hasta junio de 1849 que nuevamente García regresó a la dirección de la imprenta y del periódico oficial que ostentaba el nombre de El Defensor de Tamaulipas.
El Constitucional, nombre adjudicado al periódico oficial del estado, inició sus publicaciones a finales de 1850 llevando como impresor a Francisco García, que continuó en sus funciones hasta 1852 durante el gobierno de Jesús Cárdenas, quien a final de ese año buscó la reelección consiguiéndola no obstante que siempre alegó fraude su principal opositor Ramón Prieto originario de Tampico. Más tarde, el matamorense Rufino Rodríguez y el propio Prieto encabezaron sendas manifestaciones armadas en contra de Cárdenas y postularon al gobierno al abogado Juan José de la Garza quien declinó a favor de Prieto. La breve administración de éste no cumplió con las expectativas que se habían hecho. Pretendió el traslado de los poderes al puerto de Tampico a lo que el Congreso local se opuso y lo desconoció, nombrando a Juan Francisco Villasana en su lugar, cargo que ostentó brevemente, puesto que hubo de entregar el poder a Adrián Woll, designado comandante militar y gobernador de Tamaulipas por Santa Anna que acababa de llegar a la presidencia de México por enésima ocasión.
Woll estableció su gobierno en Tampico y echó mano del periódico El Comercio de Tampico para publicar los bandos, tanto de Antonio López de Santa Anna como los propios. No obstante su carácter oficial y su entrega al régimen dictatorial que no es el propósito de analizar por ahora, El Comercio de Tampico, logró publicar ediciones muy pulcras en las que se nota el cuidado en cada uno de los procesos de impresión; se imprimía en el taller de Sebastián Perillos en la calle de La Unión (hoy Francisco I. Madero).
Después del triunfo liberal en contra de la dictadura santannista, tocó el turno al periódico “Político y Literario” –en realidad semioficial– El Rifle de Tamaulipas, que inició sus publicaciones a principio de 1856 llevando como impresor a Francisco Hernández. Este periódico, a diferencia de El Comercio de Tampico era de formato pequeño, tampoco hacía ostentación de una variedad de fuentes como su homólogo tampiqueño. El Rifle sobrevivió hasta principios de la década de 1860 y entre sus impresores figuraron, además de Hernández, Francisco Castañeda y Ascención Pizaña del que ya hice mención.
Después de El Rifle, entre otros oficiales y semioficiales, destaca La Reconstrucción, periódico que se comienza a editar en 1870 y es el antecedente del Periódico Oficial del Gobierno de Tamaulipas. Este periódico, cuyos impresores fueron Ascención Pizaña al principio y después Inocencio Zamora y Manuel Morales. Su temporalidad abarcó hasta 1881 y su publicación se verificó en Ciudad Victoria y Matamoros, esto último con motivo del traslado de los poderes que hizo de facto el gobernador Antonio Canales Molano.
Con esta colaboración concluyo la serie cuyo título encabeza este texto. La semana próxima, sin salirme del tema, abordaré el estudio del Periódico Oficial del Gobierno de Tamaulipas.