México, 19 Abr (Notimex).- El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, afirmó que nunca presentó su renuncia al presidente Andrés Manuel López Obrador, como se mencionó en algunos medios en días pasados, y aclaró que tampoco estaba escondido, sino que trabaja, calladamente, confinado, de tiempo completo, “preparando planes de contingencia por si las cosas se ponen más difíciles”.
En entrevista con Notimex, explicó que en la dependencia están muy alertas, trabajando 24 horas al día, ante esta situación que impacta la salud de los mexicanos, pero también la economía de las personas.
“Los mexicanos tienen que tener la tranquilidad de que con todo lo difícil que es la situación, nosotros estamos pendientes para tratar de que esto tenga el menor impacto posible en sus vidas diarias”.
Había mucha preocupación en las últimas dos semanas por una supuesta dimisión, ¿es verdad que le presentó su renuncia al presidente?
No, nunca he renunciado.
Y también se hablaba que estaba desaparecido, ¿dónde andaba?
En Palacio Nacional, yo lo que no he hecho ni antes, ni ahora, ni después, es salir a desmentir todo, a menos que haya alguna declaración que realmente valga la pena desmentir.
Pero he estado en mi oficina, en Palacio Nacional. Nada más que, como todo mundo, estamos con cierto nivel de confinamiento, más bien muy ocupados en estos temas.
A la Secretaría de Hacienda le corresponden tres cosas: uno, coordinar con los distintos entes de salud, IMSS, ISSSTE, la Secretaría de Salud y el Insabi, para asegurarnos que tienen los recursos y los mecanismos para adquirir los bienes y equipamiento necesario para enfrentar la coyuntura.
La segunda tiene que ver con los impactos económicos inmediatos del aislamiento, el cual presenta una paradoja: en la medida en que sea exitoso en la parte de salud, tiene un impacto más severo en la parte económica, porque disminuye la industria hotelera, del transporte, infinidad de comercios.
La tercera, tenemos que ir pensando cuáles van a ser los mecanismos de reactivación de la economía, una vez que salgamos de esto.
¿Hay un riesgo de recorte al gasto adicional en México debido a esta situación?
No, lo que estamos haciendo es reorientando el gasto, estamos sacando recursos de todos los espacios que teníamos, el presidente ha sido muy abierto, diciendo que debemos buscar los recursos que hay en fondos, fideicomisos, etcétera, vamos a llevarlo a donde impacte más a la economía, tenemos que llevar recursos para créditos, tanto para el sector formal como para el informal, vamos a tener un programa de rehabilitación de 50 ciudades con la idea de echar a andar la economía de esas localidades.
En la medida en que nosotros estamos invirtiendo ahí, se va generando empleo, desarrollo, se van comprando insumos a las industrias locales.
Sobre los Fideicomisos ¿ya tienen la lista de los que se extinguirán y cuánto dinero se va a recuperar?
No, estamos trabajando en eso, todavía no tenemos ninguna cifra preliminar.
¿Podría haber más recursos para créditos a las empresas en las próximas semanas o meses, adicionales a lo ya anunciado?
Depende de cómo vaya evolucionando la economía.
¿Son créditos a fondo perdido los destinados a la economía informal?
Son créditos, se tiene esperanza de que sea recuperado algo de ello.
¿En la coyuntura actual están pensando utilizar la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional?
La línea de crédito flexible es un chaleco antibalas, es muy importante tenerla ahí, no es parte de nuestro escenario que estemos analizando, en este momento.
¿Ni aún si hubiera un mayor deterioro económico?
Nosotros estamos claramente enfocados en el plan A, que es lo que el presidente ha señalado y ha dado detalles: dos millones de créditos, la inversión en obra pública, el adelanto de los programas sociales, para garantizar que haya consumo y, por lo tanto, se empuje la demanda.
Pero la obligación de Hacienda siempre, no nada más en circunstancias como ésta aunque de manera más significativa hoy, es tener planes alternativos por si las cosas cambian y lo que enfrentamos es una situación muy fluida. La directora gerente del FMI señaló hace un par de días algo muy interesante: que hace apenas tres meses el FMI pensaba que iba a haber crecimiento en 160 países y hoy piensa que va a haber decrecimiento en 170 países. Es algo que ha cambiado muy rápido.
¿La Fase 3 de la emergencia sanitaria también implica la parte más fuerte en materia económica, al mantener cerrados los negocios?
La parte más fuerte de la pandemia está por llegar a México, la verdad es que es algo que hasta ahora lo hemos manejado muy bien, pero estamos llegando a la Fase 3, y tenemos que ver cómo se va desarrollando para ver si necesitamos algún ajuste al plan.
Aunque en un sentido estricto nosotros habíamos venido ya implementando la cuarentena a través de dos etapas muy claras. Entre el 14 y el 15 de marzo se hizo un anuncio diciendo que las escuelas iban a cerrar a partir del 23 de marzo y esto hizo que algunas actividades económicas empezaran a cerrar desde el 16, después viene la fecha del 23 y luego a partir del 1 de abril que empezó el periodo de cuarentena más generalizado.
El presidente hizo un anuncio el jueves que por lo menos en la zona donde ha pegado más rápido, que es la Ciudad de México, tenemos la perspectiva de empezar a abrir la economía alrededor de los primeros días de junio.
¿Estarían dispuestos a elevar el déficit primario el próximo año para impulsar la economía?
Es muy temprano para decirlo ahora.
¿Pero los parámetros de los Criterios Generales de Política Económica 2021 que acaban de presentar pudieran cambiar?
Bueno, esta es una situación que es extraordinariamente fluida y todos los días tenemos algún tipo de noticia, no nada más de cómo va evolucionando la economía mexicana, en función de la cuarentena, sino también de cómo va también evolucionando la economía global.
Nuestro país tiene una intensa relación comercial y económica con Estados Unidos, y en la medida en que la salida de este problema en Estados Unidos se retrase o se adelante, tiene un impacto en nuestra economía, sobre todo en las exportaciones e importaciones que son mayores al 30 por ciento del PIB.
En su conjunto, el comercio internacional es casi el 60 por ciento del PIB. El déficit comercial es solamente de 1.5 por ciento porque son muy cercanas estas cifras, pero cuando las vemos por separado nos dan una idea de lo intenso que es la relación comercial de México con el mundo en general, y con Estados Unidos en particular, así que no nada más depende de cómo nos vaya a ir a nosotros con la pandemia, es también de cómo le va al resto de las economías.