Rowlf es un perro Newfoundland Poodle de dos años que ha estado con la familia Pankhurst desde el verano del 2018 y el cual se dedica a hacer reír a sus dueños, solo que no está consciente de su gran tamaño.
Ha estado con la familia desde pequeño hasta ahora que se ha convertido en un enorme perro de seis pies de altura, parado sobre sus patas traseras, además de tener un gran peso.
Pero a pesar de su gran crecimiento, el can todavía actúa como un cachorro, pues a menudo trata de sentarse en el regazo Craig, su dueño, a pesar de que es demasiado grande y pesado.
Craig señaló que es enorme y que Rowlf realmente no conoce su propio tamaño, ya que cree que es todavía un perrito; es muy divertido, se sube a una cama de tamaño real para recostarse, y si es una cama chica trata de hacerse lo más pequeño posible.
Mencionó que de vez en cuando trata de saltar a su regazo, creyendo que es un perrito faldero y aunque a veces causa caos en la casa y a la familia, es bastante divertido y hace la diferencia en el hogar.
Craig sufrió un derrame cerebral hace dos años que lo dejó incapaz para caminar y cayó en la depresión, pero Rowlf entró en su vida y afirma que cuidar del perro lo ayudó mucho, tanto que se convirtió en el “embajador” de su organización sin fines de lucro “A Stroke of Luck”.
Señaló que el hacer ejercicio diariamente lo ayudó a tener una mejor coordinación y desarrollar fuerza en su lado izquierdo, encontrándose ahora en un mejor estado físico y mental, en parte gracias a Rowlf, ya que es un perro que necesita también ejercicio todos los días, obligando a salir a él también.
Con información de: laverdadnoticias.com