diciembre 14, 2024
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Analizando ‘Star Wars: Episodio V’

mayo 26, 2020 | 200 vistas

Ernesto Lerma

A 40 años de haberse estrenado este excelente filme nada mejor que mirar hacia atrás y repensar el anterior quinto episodio de la que es una de las sagas más importantes, influyentes y populares de la historia del cine, repleta de personajes emblemáticos como Luke Skywalker, Darth Vader, el Emperador, la Princesa Leia, Han Solo, Obi Wan Kenobi y Yoda. No se ha dicho en vano que el segundo título de la popular saga y franquicia de «Star Wars» es el más logrado de la trilogía inaugural, pero también es cierto que a «El Imperio Contraataca», estrenada originalmente en 1980, la benefició una coyuntura muy particular.

Por un lado y gracias al enorme éxito de la primer cinta «La Guerra de Las Galaxias» en el año de 1977, que había dado el puntapié inicial tres años antes con unas asfixiantes limitaciones presupuestarias, esta segunda película gozó de 30 millones de dólares en su producción fílmica, que le permitieron trasplantar las naves, criaturas y planetas de la imaginativa mente de su creador George Lucas a la pantalla grande con mayor precisión.

Por el otro, el instinto puramente comercial como empresario de Lucas aún no había madurado lo suficiente como para obturar la frescura de la historia con aires de fábula moral y mística, como ocurrió con el posterior capítulo de la trilogía, «El Regreso del Jedi» en 1983. En «El Imperio Contraataca» profundiza con vigor las características que hicieron de «Star Wars» una leyenda de la cinematografía norteamericana.

Ya fue señalado que la cruzada cósmica de Luke Skywalker (Mark Hamill), Han Solo (Harrison Ford) y la princesa Leia (Carrie Fisher) contra las fuerzas del Imperio comandadas por el villano Darth Vader bebe generosamente de otros tantos mitos previos, dentro y fuera de la gran pantalla. Desde la leyenda del rey Arturo (que vendría a encarnar Luke, con Han Solo como Lancelot y Leia como la reina Genoveva) hasta la del Quijote y Sancho, pasando por tenaces héroes de los comics como Flash Gordon y por el western que se asoma en Han, quien anda, viste y desenfunda como un cowboy cósmico.

La primera clave, empero, parece mucho más pedestre. Lo que hizo Lucas e Irvin Kershner como cineasta que la dirigió por su cuenta y con el orden, fue llevar a una galaxia muy lejana… los bienamados rituales de cualquier muchachito de barrio. El episodio V del «El Imperio Contraataca» en esta segunda entrega de la saga «Star Wars» forma parte de la rica tradición de las pocas segundas partes que superan a sus predecesoras, integrada también por filmes como «El Padrino II», «Volver al Futuro II», «Aliens», «Terminator 2: El Dia del Juicio Final», «Batman Returns», «Spider-Man 2», «Viaje a Las Estrellas II: La Ira de Khan», «Capitan America: Winter Soldier» y «El Señor de Los Anillos: Las Dos Torres».

Es decir, estas son películas que ahondan en personajes previamente presentados, enriqueciendo sus matices, engrandeciendo las experiencias de los espectadores, redoblando apuestas y llevando los horizontes de expectativa mucho más allá de lo esperado inicialmente. Durante los años ochenta, la influencia de «Star Wars» se vio más en otras películas, que siguieron la tendencia del blockbuster inaugurado por Lucas y su colega Steven Spielberg y que hoy se ha convertido en Hollywood actual que ha marginado otras formas de hacer cine.

Fuera de la serie de «Indiana Jones», Lucasfilm no produjo ninguna película memorable en ese tiempo, y de sus otros proyectos tal vez lo mejor fue un puñado de episodios de una serie infantil, «Ewoks», que recuperaban algo del ambiente fantástico, de cuento de hadas, que es parte central del atractivo de las películas a pesar de su apariencia de space opera. Los mitos solían tener un final, y éste era parte esencial de su sentido, pero la idea de un final se opone a la ambición de explotación continua y eterna de las empresas del pop, como «Star Wars».

 

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