Este martes 2 de junio se celebra el Día Internacional de la Trabajadora Sexual, instituido en 1975 en Francia.
Este día surge como respuesta la violencia común que sufren las trabajadoras de este oficio.
En Lyon Francia hace 42 años un grupo de trabajadoras sexuales decidieron manifestarse en la iglesia Saint-Nizier con un letrero que decía: “Nosotras también somos madres”.
La protesta se da a consecuencia de un incremento, en esa época, de persecución policíaca, que provocó aumentos considerables en tratos crueles contra ellas.
Al considerarse ilegal, el trabajo sexual abrió una serie de injusticias hacia quienes ejercen ese trabajo, ya que, al ser violentados sus derechos, no pueden acudir a las autoridades por justicia.
Según un estudio que Amnistía Internacional realizado en Noruega, Argentina, Hong Kong y Papúa Nueva Guinea, en los países donde está prohibido el trabajo sexual, las autoridades se dedican a vigilar, acosar y realizar redadas contra estas personas, en lugar de protegerlas de los crímenes y violencia.
Las mujeres que protestaron ese 2 de junio querían evidenciar la vulnerabilidad en la que se encuentran y la existencia de una estructura que existe para reprimirlas, abusar de ellas y en el mejor de los casos ignorarlas.
Con información de: noticieros.televisa.com
