Desde los 16 años, una mujer de 42 años vivió encerrada en una casa bajo condiciones terribles.
Así es, por muy raro y extraño que parezca, Nadezhda Bushueva se “acostumbró” a esa forma de vida y no hizo nada por salir de ese lugar, pero la enfermedad de su anciana madre la obligó a salir de las cuatro paredes de su casa en Rusia en Arefinsky.
Tatyana, su madre, quería protegerla de los “peligros del mundo exterior” y vivían en una casa aislada, sin electricidad, ni agua caliente, en la que han estado encerradas los últimos 26 años.
Pero cuando su hija acabó los estudios, Tatyana no la dejó trabajar o seguir estudiando y llevaban una vida solitaria. Pero cuando cayó enferma, Nadezhda tuvo que ir a una oficina municipal en Tovarnov, donde contó cómo había vivido más de la mitad de su vida encerrada en una casa llena de ratas y gatos, además de confesar que dormía con su madre en la misma cama, señalando que su vida era peor que la de un gato, ya que ellos tenían más derechos, que era un muerto viviente.
Los gatos que morían quedaban esparcidos por la casa sin que nadie hiciera nada por deshacerse de los cuerpos, pero una de las cosas más impactantes fue la imagen de Nedezhda, ya que tenía un enorme bulto de pelo en la parte posterior de la cabeza; no se peinaba, ni se lo lavaba y confesó que no se aseaba desde el 2006.
Autoridades de Tovarnov que la atendieron se sorprendieron por la durísima historia de la mujer e indicaron que a pesar de todo lo que ha pasado “no estaba loca”, que quisieron alimentarla con unos sándwiches pero no comió nada.
Con información de: www.larazon.es