Para el rastreo de la evolución de la pandemia un elemento clave consiste en la aplicación de pruebas diagnósticas en la población, señaló la Oficina en México del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.
Según el informe “Desarrollo Humano y Covid-19 en México, el último promedio reportado para México es de 65 pruebas por millón de habitantes, que representa un aumento respecto a las realizadas en los primeros meses, pero por debajo del promedio de 305 reportado en países de América Latina y el Caribe y de las 769 pruebas en promedio realizadas en 89 países.
Lo que nos indica que en el país el número de casos confirmado es alto en relación con el alcance de las pruebas.
La Universidad de Oxford señaló, en un análisis difundido, que no se realizan las pruebas suficientes para controlar adecuadamente el brote, agregando que en los países que presentan esta característica, el número real de infecciones puede ser mayor que el de casos confirmados.
Advirtió que en el caso de México existe la hipótesis de un subreporte de casos positivos más importante que en otros países, que puede dar información equivocada para la evaluación de riesgos y generar una falsa impresión de seguridad y en consecuencia disminuir o relajar las medidas de protección y de distanciamiento social de las personas.
El estudio que Mario Romero y Laurianne Despeghel, quienes realizaron un ejercicio para magnificar el exceso en la tasa de sobremortalidad prevalente en la Ciudad de México, identifica un incremento atípico a mediados de abril no atribuido a los datos oficiales de decesos reportados por Covid-19.
Los Investigadores reportaron una tasa de sobremortalidad con un número de decesos 3.5 veces mayor al número de fallecidos contabilizados por SSA a causa del Covid-19, hasta el 30 de junio.
El PNUD señaló que el país tiene las más bajas capacidades en materia de infraestructura y recursos humanos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.
Señaló que en el 2018 de acuerdo con cifras de la OCDE la capacidad instalada total de camas hospitalarias en el país alcanzó el ratio de 0.98 camas por cada mil habitantes, el más bajo entre los países de la OCE, seguidos de Colombia y Chile.
Según datos de las 32 entidades, solo la Ciudad de México se encuentra por arriba del estándar internacional en el número de camas por habitantes, con 837 camas de cuidados intensivos y más de 15 mil camas hospitalarias.
Señaló que la entrada en vigor de la reforma de Salud implicó la desaparición del Seguro Popular sin que se hubieran definido reglas claras para la operación del nuevo sistema de salud, generando incertidumbre y confusiones sobre su operación, criticando la dificulta en la transición a un nuevo sistema universal, por lo que el país atraviesa por un problema de desabasto de medicamento, debido al cambio en las reglas para las licitaciones de medicamentos.
Destacó, además, que el sector salud mexicano tiene uno de los presupuestos relativamente más bajos entre los países de la OCDE, situándose en el tercer lugar con menor gasto corriente en salud como proporción del PIB y en el último lugar en el gasto per cápita, tomando en cuenta la paridad del poder adquisitivo entre los países.
PNUD detalló que México presenta un estancamiento con avance de paso lento en materia de salud, fenómeno que es compartido en la región de América Latina y el Caribe.
Señaló que nuestro país se caracteriza porque a pesar de mantener un progreso en la provisión de servicios básicos para gran parte de su población, la calidad de estos no se ha reflejado en ingresos más igualitarios.
Esto profundiza rezagos importantes en los grupos de la población indígena, con discapacidad, y aquellos por debajo de la línea de los ingresos, incluyendo la brecha transversal de género.
Con información de: lopezdoriga.com
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