diciembre 11, 2024
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julio 21, 2020 | 151 vistas

Chantal Martínez Díaz.-

Desde hace más de cuatro años, la familia Sánchez García lucha por hacerle frente a un diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda con recaída al sistema nervioso central, con la presencia de un tumor que le ocasiona convulsiones constantes a su pequeño hijo.

La señora Ema Patricia García Zúñiga, mamá de Gibrán Aldhair Sánchez García, de tan solo cinco años, tuvo un embarazo saludable hasta los ochos meses, cuando presentó preeclampsia y tuvo un parto prematuro.

Su hijo nació de ocho meses y fue hasta que cumplió los diez meses cuando recibió el diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda.

La familia, que vive solamente del ingreso del señor Gibrán Uriel Sánchez Torres, quien trabaja en una maquiladora, le hizo frente.

Afortunadamente cuentan con servicio médico y, aunque para la atención tienen que viajar a Monterrey, la salud del niño está en tratamiento.

En esta pandemia, la atención del niño no ha podido ser continua por los riesgos que existen, por lo que han echado mano (paralelamente) de productos alternativos, como el Biotikín, que coadyuva para el tratamiento y controla el número de convulsiones que presenta Gibrán, que ha alcanzado los cinco años.

Aunado a la leucemia linfoblástica aguda, al cumplir los tres años de tratamiento Gibrán comenzó con vómito y las convulsiones, fue trasladado a Monterrey, Nuevo León, donde le hicieron una resonancia magnética y detectaron el tumor en la cabeza.

La señora Ema cuenta que el tratamiento con el Biotikín ha podido ayudarles a que disminuyan las convulsiones.

“Con ese tratamiento alternativo a veces no le dan las convulsiones al día, pero a sus cinco años el niño parece que es un bebé, necesita pañales, sus papillas, leche de almendras; el niño no camina, no habla”, dijo.

La señora Ema está dedicada cien por ciento a la atención de Gibrán, que es su único hijo, por lo pronto sus terapias están suspendidas, pero espera que pronto puedan retomarlas.

Los señores viven en Villas del Carmen, que es un fraccionamiento cerca de Viento Huasteco en Ciudad Victoria; el teléfono para llamadas es el 834-178-69-21 y para whatsapp es el 834-154-18-65.

Esta familia tiene la cuenta 4915664430002534 de Banorte a nombre de Gibran Uriel Sánchez Torres.

La familia requiere desde despensa, pañales etapa cinco o jumbo, leche de almendras y toallitas, que le significan en promedio unos 900 pesos por semana.

La señora Ema asegura que ella no está con los brazos cruzados y que para hacerle frente al diagnóstico de su niño vende bollos, postres, hace rifas y varias actividades que le permiten obtener un poco de recursos; no obstante, con la pandemia todo eso ha sido detenido, máxime que no debe exponerse a ningún riesgo para evitar llevar el covid-19 a su familia.

“Hoy mi hijo y yo necesitamos tu apoyo para seguir un tratamiento médico estricto contra la leucemia y un tumor cerebral, pues pese a hacer intensas campañas o eventos a beneficio para ganar dinero, no ha sido suficiente para su atención”, señala la señora.

 

EL DATO

La preeclampsia en el embarazo afecta el suministro de sangre a la placenta. Los riesgos para el feto incluyen desde la falta de oxígeno hasta falta de nutrientes que generan un bajo crecimiento fetal.

También puede haber desprendimiento de placenta antes del parto o un parto prematuro, que puede ser del nacimiento de un niño muerto si el desprendimiento de la placenta provoca un sangrado abundante en la madre.

La preeclampsia también puede aumentar el riesgo de tener algunos problemas de salud a largo plazo relacionados con el parto prematuro, como trastornos del aprendizaje, parálisis cerebral, epilepsia, sordera y ceguera, entre otros.

La Secretaría de Salud federal y la estatal han reconocido que la muerte materna (MM) es uno de los principales problemas de salud pública, pues ninguna mujer debería de morir por el hecho de ser madre.

Las acciones por parte de asociaciones civiles, instituciones públicas y privadas, así como la academia, es generar un contexto educativo para que las mujeres presenten embarazos saludables que lleguen a término feliz y reducir las brechas de padecimientos que pueden desencadenar en la muerte, como lo son el hecho de la preeclampsia y eclampsia y a su vez, generar productos saludables.

La preeclampsia y eclampsia son parte de la morbilidad y mortalidad materno-fetal, por los efectos y consecuencias que ocasiona en órganos y sistemas como el nervioso central, hígado, corazón, riñón y en la coagulación.

Las autoridades determinan que la prevención juega un papel muy importante para evitar la muerte a consecuencia de ambas patologías, por lo que la vigilancia durante el embarazo es fundamental.

Es por ello que recomiendan que debe ponerse especial atención en acciones educativas y de autocuidado que permitan la detección oportuna para realizar el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno. En este sentido, el control prenatal, la referencia de los casos y la atención de la urgencia obstétrica revisten una vital importancia.

Existen lineamientos técnicos para el manejo de estas circunstancias que deben aplicarse tanto por parte de las instituciones públicas, así como por las privadas.

 

EMBARAZO ADOLESCENTE DE MAYOR RIESGO

El Gobierno de Tamaulipas reconoce que estas dos condiciones (Preeclampsia y eclampsia) son dos detonantes de las muertes maternas que si se presentan en embarazos adolescentes generan un mayor riesgo de letalidad.

Por ello extreman campañas de fortalecimiento del programa de prevención del embarazo en adolescentes, a través de acciones interinstitucionales y de sensibilización a la sociedad, en un marco de respeto a los derechos humanos, sexuales y reproductivos de este grupo de población, para contenerlo.

Se ha difundido que trabajan de forma transversal para difundir campañas de prevención, métodos anticonceptivos y todas las acciones que permitan disminuir la tasa de embarazos, pero también los casos de muerte materna.

Informan que Tamaulipas se encuentra entre los primeros cinco lugares a nivel nacional en embarazos de adolescentes menores de 19 años, de ahí la importancia de la suma de esfuerzos entre gobierno y sociedad para hacer frente a este problema de salud pública.

Existe la meta de reducir a cero los embarazos en niñas de diez a 14 años y disminuir los casos en el grupo de 15 a 19 años de edad.

La Secretaría expresa que con frecuencia en las adolescentes embarazadas se presentan complicaciones como: preeclampsia, eclampsia, anemia, infecciones de las vías urinarias, infecciones de transmisión sexual, incluyendo el VIH/sida, virus del papiloma humano y abortos.

Las consecuencias de la eclampsia y la preeclamsia en los productos son tan profundas como lo es el caso del pequeño Gibran, que hoy lucha por salvar la vida día a día.

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