El tiempo de la cuarentena fue magnífico para Palmerston, el ratonero jefe de la Foreign Office, el servicio diplomático británico. Fue tan bueno que el gato ha resuelto dejar los asuntos internacionales a los diplomáticos humanos y retirarse al campo luego de cuatro años arduos en el puesto.
Palmerston lo declaró en forma oficial en una carta enviada en su nombre a Simon McDonald, subsecretario permanente del servicio, en la que explicó que quería pasar más tiempo “lejos de los reflectores”.
“He descubierto que la vida lejos del frente es más descansada, tranquila y serena”, dice la carta firmada con dos impresiones de las patas y publicada en Twitter.
Palmerston, quien lleva el nombre de Lord Palmerston, el secretario del Exterior de más larga trayectoria en Gran Bretaña, llegó en abril de 2016 como gato de rescate. Tenía mucha compañía, aunque sus relaciones con Larry, el gato residente en la vecina dirección número 10 de la calle Downing, no eran precisamente diplomáticas. A veces se sorprendía a los dos peleando en la puerta de la residencia del primer ministro.
Según la carta de Palmerston, llamado @DiploMog’ en Twitter, su servicio demuestra que “aún los cuadrúpedos peludos tienen un papel importante en los esfuerzos globales del Reino Unido”.
“Me ha encantado conocer representantes de todo el mundo y espero que se sientan orgullosos de la manera como representé al Reino Unido en esta interacción”, dice la carta.
Sus colegas dicen que lo echarán de menos.
Jon Benjamin, director de la Academia Diplomática, le deseó un “muy feliz retiro”.
“Una vez nos dejó un ratón masticado a medias junto a mi escritorio en la @UKDipAcademy”, tuiteó y añadió que “desde luego, no le quedamos demasiado agradecidos”.