En la primera semana de clases en línea aún existen personas interesadas en quienes tienen dificultades en estudiar y deciden ayudarlos.
Clarissa Jurado, es una joven de 24 años que estudia gastronomía en una universidad privada de la zona y quiso contribuir a que, en el inicio de clases a distancia, la menor cantidad de niños se queden sin estudiar.
Colocó un cartel en el acceso a la unidad departamental en la que vive, la cual se encuentra en la calle Jaumave, de la colonia Del Valle, frente a la primaria «La Corregidora, en Madero».
El anuncio dice: «si eres estudiante y no tienes los recursos necesarios, tengo en mi casa internet, es gratis de 7:30 de la mañana a 3 de la tarde», la única condición es que el alumno lleve su propio dispositivo, ya sea Smartphone, tablet o lap, pero sobre todo, que «en realidad lo requiera».
Nos acercamos al departamento 3, el cual dice el cartel se debe tocar la puerta si es que se requiere ayuda, y quién abre al visitante es Clarissa. Al escuchar el motivo de su visita, se levanta sus lentes de pasta negros y se limpia una lágrima, porque supo que alguien le tomó foto a su cartel y ahora anda por las redes sociales, claro, recibiendo comentarios positivos.
Sus buenas intenciones llamaron la atención de la familia de un niño que apenas estudia el primer grado de secundaria, que se llama Gustavo, pero todo mundo le dice Tavo por aquí y por allá.
«Sus padres se acercaron conmigo, me platicaron de su hijo y de la necesidad de estudiar», así fue como la disposición de la joven fue respondida. Gustavo, un joven largirucho, serio y bien portado, llega a la casa de su ahora amiga a tomar las clases de las 12:30, y de inmediato se conecta desde un teléfono a la plataforma Meet, elegida por sus maestros para el proceso de enseñanza y aprendizaje.
La madre de Gustavito, la señora Beatriz, quienes viven a algunos pasos de la casa de Clarissa, cuenta lo difícil que ha sido para la familia mantener el hogar durante la pandemia, sobre todo cuando se quedó sin trabajo.
«Son buenas acciones que ayudan a las familias, porque la verdad ahorita está bien complicado», expone la ama de casa obligada debido a la pandemia, mientras tiene que atender a su otro hijo de brazos. Pero la intención no es solamente ayudar en sus estudios a Gustavo, porque la iniciadora de esta idea benéfica busca «llegar a más niños con dificultades» ahora que existen nuevas formas de enseñar y aprender a causa de la pandemia.
«Ojalá pudiera llegar a más niños, es uno de los objetivos», cuenta la tímida estudiante de gastronomía, cuya carreras recién comenzó a estudiar.
Aunque es consciente de que su departamento no tiene el espacio suficiente, no le importaría hacer más espacio y que los niños puedan vencer las adversidades con el nuevo sistema, para el cual van a necesitar de todo su esfuerzo y potencial para salir bien librados.
Con información de: milenio.com