Hadassa Dessire tiene 14 años y es una estudiante de secundaria que, a pesar de tener pocos recursos para poder estudiar, todas las mañanas sin falta, acude a una banca afuera del edificio del ayuntamiento con la finalidad de poder tener acceso al Internet gratuito que comparte el gobierno local a los visitantes de la plaza.
La adolescente vive en una zona marginada de la ciudad, en lo que es un cuarto provisional en la comunidad de Tierra Blanca, ubicado en la Sierra de Guadalupe, que según con las palabras de Hadassa, es un lugar inseguro, en donde no hay la posibilidad de tener electrodomésticos o dispositivos móviles, debido a lo insegura que es la zona.
Hadassa Dessire no considera segura la zona en donde vive para poder tomar clases por televisión. Razón por la que prefiere pasar toda la mañana sentada afuera del edificio del ayuntamiento en una banca sentada mientras su madre la vigila, quien trabaja en un puesto de dulces cerca del lugar en lugar.
Por si fuera poco, la joven Hadassa Dessire también comentó que antes de la pandemia tomaba clases de saxofón alto y de violín en el Centro Cultural José María Morelos y Pavón, explicando que con muchos sacrificios su mamá junto dinero para comprarle su primer violín, ya que su madre le había aconsejado que debía de aprender algo durante el aislamiento a causa de la pandemia.
“Me gustaría ser médico ginecoobstretra, pedagoga o integrante de la Sinfónica Nacional, por eso practico todos los días las últimas lecciones que aprendí en violín”, así que si no fuera suficiente su gran esfuerzo por llegar todas las mañanas de lunes a viernes para tomar sus clases en línea con la ayuda del internet gratis para terminar hasta en la tarde con todas sus labores de las clases.
Hadassa Dessire también se esfuerza por aprender nuevas habilidades en la música, desde tocar el saxofón hasta el violín. A pesar de todos sus esfuerzos y sus altas calificaciones que lleva en la escuela, la adolescente de 14 años no ha logrado obtener ninguna beca u apoyo del gobierno para continuar de una forma más fácil con sus estudios, por lo es impresionante el gran esfuerzo que hace cada día.
Al igual que su madre, quien todos los días madruga para poder encontrar el sustento para mantener a su única hija y a ella, a partir de la venta de los dulces. No cabe duda que, a pesar de los obstáculos, Hadassa Dessire no se rinde, así que por más ruido exista para hacer sus tareas, la joven no deja de estar atenta a su celular para poder aprender algo nuevo en sus clases en línea.
Con información de: soycarmin.com