Doce escuelas permanecen actualmente cerradas en la Francia continental, además de otras diez en la isla de La Reunión, territorio de ultramar francés en el océano Índico, debido a casos de contagio por coronavirus.
«En la Francia metropolitana hay, hoy en día, 12 centros cerrados de los más de 60.000 colegios que existen en Francia. Se trata de un número pequeño. En la isla de la Reunión, tenemos unos 10. En total son 22», dijo el viernes el ministro de Educación Nacional, Jean-Michel Blanquer.
Entre los padres, la ansiedad está empezando a aumentar.
«Es sólo el tercer día de clases y ya hay casos», dijo Giancarlo Ambrosini tras enterarse de que la escuela primaria de su hijo, en el distrito 16 de París, había cerrado dos aulas después de que se detectara un caso de COVID-19.
Para las asociaciones de padres, no es posible volver al confinamiento estricto de la pasada primavera.
«(Los padres) Tuvieron que improvisar, afrontarlo, y no siempre fue fácil», indicó Jean-André Lasserre, presidente de la Federación de Consejos de Padres de París, al tiempo que se preguntaba sobre las medidas a aplicar si la situación se deteriora.
«Tendremos que centrarnos en el distanciamiento social», explicó, «pero eso significa reducir el número de alumnos por clase y, por lo tanto, aumentar el número de supervisores».
Laserre también instó al Gobierno a ayudar a los padres cuyos hijos hayan sido puestos en cuarentena.
«Por el momento, los padres que no pueden trabajar en casa tienen que pedir días libres para cuidar de ellos», agregó.
En cualquier caso, se espera que se establezcan medidas a nivel local para facilitar el cuidado de niños.
El Gobierno también está trabajando en un plan de permiso parental para que los progenitores puedan ausentarse de sus puestos de trabajo en caso de no disponer de guardería.