CARACAS (Reuters). – Una nueva ola de manifestaciones ha comenzado a recorrer Venezuela, en la medida que el descontento se intensifica en el interior del país debido al empeoramiento de la escasez de combustible y la falla constante de los servicios públicos básicos, dijo el martes una ONG local.
Según informes recibidos por el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, con sede en Caracas, más de un centenar de protestas han tenido lugar desde el fin de semana en 19 de los 23 estados de Venezuela para exigir a las autoridades que proporcionen agua, energía y combustible.
La colapsada industria petrolera de la nación OPEP ya no puede suministrar a los venezolanos combustible para sus automóviles y camiones de carga. Los años de mala administración y corrupción tanto en la petrolera PDVSA como en otras empresas estatales han dejado en ruinas gran parte de la infraestructura que lleva gasolina, luz y agua a los hogares.
Una cuarentena por la pandemia de COVID-19, impuesta desde marzo por el presidente Nicolás Maduro, ha limitado aún más el movimiento y las fuentes de ingresos de los venezolanos.
En el pasado, Caracas fue el epicentro de protestas antigubernamentales en Venezuela, pero el gobierno ha priorizado las entregas de combustible a las estaciones de servicio en la capital, manteniendo sus calles en calma. En el resto del país, los venezolanos pasan días haciendo fila por gasolina que al final muchas veces nunca llega.
«Probablemente estemos frente a una nueva ola de manifestaciones con la particularidad que en este momento los protagonistas son los habitantes de caseríos y pueblos de Venezuela», dijo Marco Ponce, director del observatorio.
En Caracas, «puede que se mantenga ‘la isla’ porque para ellos (en el gobierno) es estratégico», señaló, en tanto, la legisladora opositora, Manuela Bolívar, al referirse a que el abastecimiento de gasolina es mayor en la capital y que los cortes de los servicios son menos frecuentes comparado con las regiones, donde pasan días y hasta semanas sin agua corriente y luz.
Lo novedoso de la nuevas protestas es que son espontáneas, algunas organizadas por vecinos, y la mayoría en caserios y poblados que antes no figuraban en el mapa de manifestaciones, dijeron Ponce y Bolívar en una conferencia de prensa online.
El gobierno de Maduro envió fuerzas de seguridad para reprimir las manifestaciones, lo que provocó al menos 50 arrestos, según Ponce.
El Ministerio de Información de Venezuela no respondió a una solicitud de comentario.
Sediento de gasolina y paralizado por las sanciones estadounidenses, el gobierno de Maduro ha recurrido a su aliado Irán en busca de ayuda para obtener gasolina. El lunes llegó el primero de un grupo de tres petroleros para entregar más combustible iraní, tal como sucedió en mayo y junio.
Ponce dijo que este suministro podría silenciar temporalmente algunas manifestaciones, pero esperaba que continuaran, ya que «hay miles de motivos para que los venezolanos sigan protestando».