abril 30, 2024
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Pequeño guerrero le gana a la leucemia y Covid-19

octubre 2, 2020 | 181 vistas

El pequeño Miqueas es un verdadero guerrero, un luchador. A sus cortos dos años ya sabe lo que es ganarle a la vida.

El pequeño recibió un trasplante de médula tras una inquietante espera por su leucemia, pero también se contagió de Covid-19, a quien también derrotó.

Hoy el menor está con su familia, satisfecho y feliz de haberle ganado la batalla.

La familia es originaria de Tierra del Fuego, puntualmente Ushuaia (Argentina), de donde debieron mudarse, por las urgencias de Miqueas, trasladándose a Buenos Aires.

EL padre de Miqueas señaló que fue a través de un control pediátrico que le que informaron que tres valores en sangre que no eran normales habían sido detectados en el menor, señalándoles a los pocos días que se trataba de leucemia.

Fue así como comenzaron con las quimioterapias y los tratamientos, que duraron un mes. En el transcurso se complicaron algunas cosas, el pequeño se había contagiado de otros virus intrahospitalarios. A pesar de todo, el pequeño no se rindió.

Tras la primera ronda de quimios, la enfermedad quedó en remisión. Se abrió una luz de esperanza que rápidamente se cerró, Miqueas volvió a enfermar con más intensidad.

La única opción era el trasplante. El panorama parecía oscuro y lleno de tristeza, pero después de la tormenta siempre sale el sol.

Además de los problemas que tenía había contraído neumonía y mucositis, lo que empeoró con las bajas defensas que quedaron tras la quimioterapia.

Se buscaron donantes internacionales y resultó. Había un donante en Alemania. La felicidad los inundó, era algo poco probable y había ocurrido para el pequeño Miqueas.

Además de todo eso el niño sufrió una fractura en la pierna y, debido al intenso tratamiento contra la leucemia, desarrolló una cardiopatía.

Y por si fuera poco, también había contraído coronavirus. Esto ya era mala suerte. Sin embargo, la fuerza de Miqueas Lionel pudo con todo.

Miqueas superó sus infecciones, la lesión de su pierna, el trasplante y la cirugía resultaron a la perfección y todo se esclareció. Llegó la luz.

Hoy el menor está feliz y con todos quienes ayudaron y aportaron a su mejoría. Los milagros sí existen y Miqueas fue testigo de uno. Ahora sonríe feliz.

 

Con información de: upsocl.com

 

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