La convivencia y amistad del hombre y el perro ha superado los límites del tiempo e inclusive la historia, haciéndose mutua compañía hasta el final, lo que puede incluso puede venir desde la edad de piedra.
Es el caso donde fue desenterrado un perro de hace 8 mil 400 años junto a su dueño, en lo que los arqueólogos señalan es el cementerio de la aldea en la que vivían.
En la ciudad de Solvesborg, al sur de Suecia, fue el lugar donde se encontraron enterrados estos restos bien conservados, lugar en el que observaron otras tumbas, en las que al parecer fueron enterrados con cosas valiosas.
Lo que es una señal que para este hombre su perro era lo más valioso y significativo que tenía en su vida.
El animal también está bien conservado y el hecho de que estaba enterrado en medio del asentamiento de la edad de piedra es único. Un perro enterrado muestra de alguna manera lo similares que somos a lo largo de los milenios cuando se trata de sentimiento como el dolor y la partida, señaló el osteólogo Ola Magnel del Museo Blekinge de Suecia.
El lugar del descubrimiento se ha convertido en uno de los sitios de excavación arqueológica más grande de la región.
Los expertos creen que ese sitio fue en algún momento un asentamiento para cazadores durante la Edad de Piedra. Por otra parte, también encontraron un cementerio de perros, que están excavando para su posterior estudio en el Museo Blekinge de Suecia.
Se estima se estima que en algunas culturas los difuntos eran enterrados con sus animales y si seguían vivos debían ser sacrificados.
Presuntamente su misión era guiar su espíritu hacia los dioses y asegurar que su ascensión sea mucho más fácil. Esperemos que este no sea uno de estos casos, perdería todo el romanticismo del caso.
El mayor honor que podría tener un difunto, es que su perro pueda disfrutar su vida con total libertad. Que todos esos momentos compartidos juntos, pueda vivirlos con alguien más que lo quiera del mismo modo.
Con información de: www.upsocl.com