Tras la junta directiva urgente celebrada este martes por la tarde, tanto el hasta ahora máximo mandatario blaugrana como el resto de directivos, han decidido presentar su dimisión en vista de que el voto de la moción de censura iba a celebrarse, sí o sí.
Los máximos responsables del club azulgrana intentaron hasta el último momento que la Generalitat replanteara su idea de autorizar el reférendum.
La Junta defendía que quería que se celebrara la votación, puesto que es un derecho que tienen los socios, pero no entendía que, «en pleno Estado de Alarma, con el toque de queda y un número de contagios al alza» se permitiera que los socios del FC Barcelona pudieran ir a votar presencialmente por todo el territorio, teniendo en cuenta además que hay un gran número de socios mayores de 60 años la población más vulnerable- y que el 60% de la masa social vive en Barcelona y su periferia.
«Nuestro electorado tiene una media de edad de 58 años, con más de 40.000 socios mayores de 60 años…/… y nuestra mayor preocupación se centra en evitar toda actuación que coloque a estos colectivos ante un riesgo elevadísimo de contagio, dada su vulnerabilidad», rezaba la carta que Bartomeu envió ayer a Pere Aragonés, presidente de la Generalitat en funciones.
Ante la negativa de la Generalitat y del PROCICAT a cambiar de escenario y antes que convocar de manera oficialmente el Voto de Censura, Josep Maria Bartomeu -tras dejar la decisión en ‘stand by’ en la Junta Directiva del lunes- propuso a sus directivos presentar la dimisión este martes y la propuesta fue aprobada sin discusión, poniendo fin a una etapa en el club que arrancó hace seis años.
El ya expresidente del Barça fue investido tras la renuncia de Sandro Rosell en 2014 y, tras lograr el triplete en 2015 -su mayor éxito deportivo- fue ratificado en unas elecciones que dieron paso a un periodo de cinco años en lo que ha habido más sombras que luces en todos los ámbitos del club.