Desde que era un cachorro el pequeño Sandy está con su familia, prácticamente nació con ellos y con el tiempo se ha vuelto muy protector. No le gusta quedarse solo o no saber dónde están sus niños. Siempre vigila que todo esté en orden y se distrae únicamente para divertirse. Cuando alguien sale de casa, trata de seguirlo y acompañarlo, pero no se lo permiten, podría perderse.
Sandy es un verdadero travieso, que uno de estos días logró escapar y seguir a sus dueños hasta la escuela, que se encuentra cerca de la casa. Terminó incrustado en la oficina del director y causando un desorden increíble. Su ternura y fidelidad hacen imposible que alguien lo reprenda, así que todo acabó en risas.
En algunas ocasiones ha logrado escapar, siguiendo a los niños, pero apenas lo atrapan, lo devuelven a casa. Pero él quiere estar involucrado en todo lo que hacen.
Cuando la familia hace un viaje y está separada por algunos metros, él se la pasa corriendo de un lado a otro para verificar que todos estén bien.
Un día llegó a la escuela sin que nadie se diera cuenta, al llegar los trabajadores intentaron retenerlo, pero fue muy escurridizo, finalmente lograron retenerlo y lo dejaron en la oficina del director, donde desafortunadamente hizo sus travesuras, dejando el lugar todo desordenado.
La mayoría de los perritos son sobreprotectores con sus familias. Además, están acostumbrados a vivir en manadas, lo que les hace desarrollar jerarquías y conductas de grupo.
Al llegar Sandy a casa ni siquiera se mostró avergonzado, todo lo contrario. Estaba muy satisfecho con su acto, sabía que había alegrado el día en esa aburrida escuela.
Con información de: upsocl.com
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