abril 20, 2024
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noviembre 2, 2020 | 186 vistas

Rubén Jasso.-

Con paciencia, dedicación y una extraordinaria fuerza de voluntad, a lo que se agrega el amor de su familia, Michel Jair Hernández Lucio trabaja todos los días elaborando camitas para mascotas, mismas que vende y de las cuales obtiene un ingreso, que más allá de representar solamente un interés monetario, le ha permitido a este joven darse a conocer en muchas partes del país, contando ya con una numerosa clientela en diferentes ciudades de la República Mexicana.

A sus 24 años y siendo alumno del Centro de Atención Múltiple “Emprendedores” en esta Capital, Michel Jair recibió un día la encomienda por parte de su maestra para hacer unas camitas que fueran de utilidad, ya fuera para perros o gatos, sin imaginarse sus padres el éxito que tendría su hijo al elaborar estos artículos con mucho cariño y esfuerzo para quien desee adquirirlos.

Residentes del ejido Santa Librada, los integrantes de la familia Hernández Lucio nos platican cómo fue que inició Michel con esta actividad y cómo vino a cambiar la vida de este joven que elabora cada pieza con mucho empeño y a su propio ritmo, como explica su madre.

Actualmente y debido a que no asiste de manera presencial al Centro de Atención Múltiple por el riesgo que implica el covid-19, Michel Jair trabaja en su casa, en un espacio acondicionado como taller, en donde cuenta con todo lo necesario para elaborar las camitas que pueden ser de tres colores: rosa, celeste o morado, llevando también el respectivo nombre de la mascota y dos almohaditas, así como otros distintivos.

“Él tiene 24 años y está en el CAM ‘Emprendedores’ de aquí de Ciudad Victoria, este es un proyecto que nació ahí en el salón con la maestra Aurora Mendiola, ahí ven las aptitudes de cada niño y lo que pueden hacer, o le adaptan un proyecto para cada niño y a él le pusieron esto de las camitas, él lija, pinta y yo le ayudo a hacer las almohaditas”, explica la señora Carmen Lucio.

 

TRABAJA A SU RITMO

El proceso no es tan rápido, pero tampoco apuran a Michel y eso es algo que han entendido muchos clientes, aunque existen otros que se comunican para hacer pedidos de hasta 50 camitas, algo imposible de hacer en tan poco tiempo.

“Si se tarda porque se lija, se desarma a veces casi toda la caja y luego ya luego se pinta, póngale dos días, máximo tres días”, dice la madre del joven emprendedor.

Acerca del camino que ha seguido su hijo desde pequeño, Carmen Lucio explica que a los dos años ingresó al Centro de Atención Múltiple “Epigmenia Galarza Martínez” y tiempo después llegó al lugar donde se encuentra actualmente y al que por ahora no asiste por el motivo ya conocido.

“Después se pasan al de atrás (CAM Emprendedores) en donde están los más grandes, o sea, ya les ponen empleos para trabajen y para que se mantengan ellos”.

Sobre la labor de su hijo, la señora Carmen reconoce que en un inicio sí había cierta presión, porque se empezaban a acumular los pedidos, pero al paso de los días también aprendieron a hacer labor de equipo.

“Cuando empezó todo esto en marzo, pues sí nos salieron bastantes pedidos y andaba él bien apurado, lijando y a la carrera y yo haciendo almohadas y ahorita sí tenemos también (pedidos), pero es un poquito menos, o sea si nos han pedido, pero menos que cuando empezamos”.

El jefe de familia, Miguel Hernández, también ha sido un gran apoyo para su hijo, pues además de conseguir las materias primas para la elaboración de las camitas, también le entra al trabajo y es como terminan haciendo una labor entre todos, aunque el mérito principal siempre es de Jair.

“Mi esposo es el que consigue las cajas y todo, y a veces hay que desarmarlas, y él le ayuda a Michel por lo de los clavos, y le ayuda a lijar, o sea, entre ellos lijan y pintan y yo nada más hago las almohaditas y les pinto los dibujitos, y eso nos unió más”, refiere.

Afortunadamente, la labor que hace su hijo ha sido al mismo tiempo como una terapia para él, pues anteriormente se golpeaba con la mano en el labio superior, algo que actualmente ya no sucede.

“Se pegaba mucho con la mano en el labio y ahora se mantiene ocupado”, dice, y agrega que afortunadamente su hijo no requiere de ningún medicamento.

Al relatar cómo es un día en la vida del joven emprendedor, la señora Carmen señala que el trabajo de su hijo comienza ya en horas de la tarde, pues debido a que ella trabaja y actualmente no asiste al Centro de Atención Múltiple, Michel la acompaña por las mañanas al lugar donde labora.

“En la mañana nos vamos porque yo trabajo en una casa, me lo llevo y regresamos a la una y media, comemos, descansa un ratito y luego ya nos ponemos… ellos a lijar si hay los pedidos y pues yo a hacer las almohaditas, pero casi siempre me lo llevo y en las tardes es cuando trabajamos en esto, después de las cuatro de la tarde”, explica.

Y algo que es de gran ayuda en todo lo que hacen, es el carácter bastante tranquilo de su hijo, quien además es bastante solidario con sus compañeros, pues cuando asistía a la escuela, antes de la pandemia, si algo lo caracterizaba era ese afán de ayudar a los demás.

“Él siempre quiere ayudar, él les ayudaba a los niños que traen sillas de ruedas, (también) hacían pulseritas, plumas, las decoran y las venden en las oficinas, en ciertos departamentos de Gobierno, en las tiendas, pero sí son varias cosas las que hacen en el CAM”.

 

GRANDES ENSEÑANZAS

Si algo también agradece la señora Carmen Lucio, son las enseñanzas que le han brindado a su hijo y a los otros alumnos las maestras del CAM, pues a todos se les inculca el sentido de la inclusión, algo de suma importancia en nuestros días.

“Más que nada en el CAM manejan mucho la inclusión de los niños y él se lleva bien con todos los niños, ahí les enseñan muchas cosas y les cambia totalmente la vida a este tipo de niños, porque hay muchos niños que no tienen esa oportunidad de ir a los CAM”, señala.

Acerca del periodo en el que puede estar cada alumno en un Centro de Atención Múltiple, la mamá de Michel refiere que en realidad no hay una edad definida, más bien se trata de guiarlos para que se encaminen hacia un empleo o que ya sean autosuficientes.

“Cada año salen niños, pues hay niños como de hasta 40 años y es cuando ya van saliendo, o sea ya tienen un empleo, unos trabajan en Walmart, pero Michel tiene 24, todavía le falta que esté ahí más tiempo”.

En lo que se refiere al sentimiento que ella y su esposo tienen cuando ven que su hijo ya es reconocido por lo que hace y hasta fotos le piden, dice que es una gran emoción para ellos y toda la familia.

“Se siente bien bonito, imagínese me hablan y lo buscan a él… ‘ah es que vimos a Michel’… hace poquito fuimos a entregar unas camitas y le preguntaban (algunas cosas) y se toman fotos así con él, es muy padre”.

Sobre los gustos de su hijo, aparte de su labor, refiere que le gusta escuchar música y jugar mucho con un balón de futbol, declarándose seguidor de los Tigres de la UANL, decorando también su área de trabajo con una bandera del equipo Correcaminos.

Presente en la plática, don Miguel Hernández, el jefe de familia comenta con mucho orgullo que tanto él como su esposa trabajan y le dan a su hijo todo lo necesario, pero si algo los deja contentos es ver que Michel hace algo por él mismo y que se ha ganado el cariño y reconocimiento de muchas personas, pues lo mismo les hablan de esta Ciudad para pedir una o varias camitas, así como de lugares muy lejanos.

“Nos han hablado de Tijuana, de Monterrey, de Tuxtla Gutiérrez, de Quintana Roo, de muchos lugares”, refiere, aunque también aclara, al igual que su esposa, que si alguien les solicita muchas piezas a la vez, se les hace saber que su hijo trabaja a un cierto ritmo y así continuará haciéndolo.

Aquellas personas que deseen comprar una camita personalizada para sus mascotas, pueden comunicarse al teléfono 834 118 87 35 con la señora Carmen Lucio, teniendo un costo por unidad de 180 pesos.

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