Arnulfo Mata Huerta.-
La piel se arruga al paso del padre tiempo, pero no las ganas de ejercitarse físicamente, porque las personas de la tercera edad continuamente caminan, trotan, corren o, con un ánimo enorme, juegan cachibol, basquetbol, softbol, tenis o incluso beisbol, o se animan a participar en las competencias del ciclismo, un deporte donde se requiere de un buen estado físico.
Y son muchísimas las personas, entre damas y varones, que no solamente siguen en plena actividad por hacerlo, también porque les permite disfrutar de una vida social, deportiva y cultural.
Para mencionar a todas estas personas que han participado en actividades tanto a nivel estatal como nacional, nos faltaría tinta y papel, porque incluso, estas personas de la tercera edad han estado en competencias internacionales que enorgullecen a Victoria, Tamaulipas y México respectivamente.
Por eso, solamente comentamos en términos generales a fin de no herir susceptibilidades.
El anterior comentario lo redactamos tomando como referencia una interesante reflexión de Rigoberto González, ciclista muy afamado que de joven tuvo una magnífica participación en el deporte de sus amores, como es el ciclismo, y ya por arribar a la tercera edad, Rigo sigue pedaleando con mucha fibra y coraje. He aquí la reflexión de este animoso pedalista victorense instalado ya en el Salón de los Inmortales de la Presidencia Municipal.
“El pelo se vuelve blanco, los días se convierten en años, pero lo importante no cambia, tu fuerza y tu convicción no tienen edad, tu espíritu es el plumero de cualquier telaraña, mientras estés vivo, si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
Y no vivas de fotos amarillas.
Sigue, aunque todos esperen que abandones, no dejes que se oxide el hierro que hay en ti, haz que en vez de lástima te tengan respeto, y cuando por los años no puedas correr, trota, camina y has ejercicio.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón… ¡pero nunca te detengas!”.