El PSG se plantó en Old Trafford a jugar un encuentro a vida o muerte, con riesgo de descabalgar de Europa. No se fue al precipicio, rescatado a tiempo por Neymar. Un triunfo masticado y sufrido, aunque pudo pasar de todo.
El United indultó a su rival y se complica la vida, por mucho que duerma como primero de grupo. Ahora le toca ir a Alemania a probarse, y una derrota le puede dejar fuera de la Champions a pesar de haber estado cómodo hasta la fecha. Ya no (1-3).
Tuchel se fue con el puño en alto, superviviente de todas las crisis del PSG. El entrenador alemán estaba en entredicho y, con el jeque en el palco, solo le quedaba dar la talla. Suenan sustitutos en Francia pero por ahora resiste, en buena parte porque tiene en su equipo a Neymar.
Un futbolista que merece mención aparte, por más que algunos piensen que ya no es el que se vio en el Camp Nou hace unos años. Probablemente sea mejor, porque ha asumido ser el más responsable de su tropa.
Se vio en escena a un PSG tan necesitado que no pudo calcular sus esfuerzos. Fue a por todas a Manchester. Interrumpido por el ritmo que imprimió el cuadro de Tuchel de entrada, al United se le torció pronto el gesto. Neymar cazó un rebote en el área, con alma de ariete, puntual a la cita: 0-1.
El brasileño se juntó con Mbappé y hubo minutos de zozobra en Old Trafford porque el PSG supo transformar su ansiedad por ganar en su mejor combustible. Pero el United despertó.
Ha demostrado Solskjaer que en Champions su equipo tiene otra cara y que no se rinde aunque le examine el finalista de la temporada pasada. Le costó acostumbrarse a la noche, con Rashford un tanto desnaturalizado y con una propuesta con muchos nombres de ataque. Pogba, en cambio, se quedó otra vez más en el banco. Con el paso del tiempo el United se estabilizó, y esa calma le dio sus frutos. En un remate con suerte, el 10 igualó para el United.
Quizá el mérito del cuadro de Manchester fuese que no se descosiera, ni siquiera cuando Paredes se enzarzó con Fred. Un pequeño rifirrafe en el que intermedió el árbitro con criterio: amarilla para el brasileño.
No quiso ser protagonista en una noche en la que se emplazaba a Neymar y Mbappé a ser determinantes, pero el empate bloqueó a un PSG al que le entró el tembleque en el segundo tiempo, incapaz de controlar a un United que castigó en cada transición de ataque.
Entre tanta carrera Cavani pudo enterrar a su ex, pero su remate picado se fue al larguero. Fue un detalle de estrella, sobrado ante el miedo de un PSG descompuesto, en el alambre. Cerca del KO en Old Trafford, agrietado en su intento de buscar un 1-2 que evitó De Gea. Aunque en ese barullo el equipo de Tuchel encontró premio.
Tras un córner, Marquinhos detectó en el área chica otro caramelo. Un alivio para un equipo que basa su evaluación en el resultado que saca en Europa.
De repente todo se le puso de cara. Solskjaer tardó en leer las imprudencias de Fred, que se fue a la caseta expulsado por una entrada temeraria. Una jugada que acabó por defenestrar al United, a merced de un PSG que se protegió a base de cambios.
En el descuento, Rafinha le regaló el 1-3 a Neymar y el brasileño una vida extra a Tuchel, que se aferra al cargo en una noche taquicárdica y pasional. Al United le va a tocar hacer un último esfuerzo frente al RB Leipzig.