Luego de una audiencia de casi dos horas, la juez Lauren F. Louis indicó que aún no decidiría sobre la extradición del ex gobernador de Chihuahua, César Duarte, y que enviaría la decisión por escrito luego de consultarlo.
Fue el fiscal encargado del caso, Jason Wu, quien inició con los argumentos en la audiencia, donde remarcó la necesidad de conceder la extradición. A través de un desarrollo de casi una hora demostró algunos de los desvió del erario público realizados por Duarte Jáquez.
Durante la audiencia virtual, en la que estuvieron presentes algunos de los familiares del acusado, Wu habló de los esquemas usados por el ex gobernador para realizar los desvíos, donde utilizó a su propio secretario de Finanzas para realizar los delitos y luego esconder las evidencias.
“Le dijo a su secretario de Finanzas que necesitaba un desvío millonario porque ‘tenía gastos personales que cubrir’ y luego de tomar el dinero ordenó la creación de contratos falsos para justificarlos”, dijo Wu.
Señaló que Duarte era el único autorizado para permitir retiros de las arcas chihuahuenses y que daba órdenes a miembros de su gobierno para que luego ocultaran las operaciones. Wu habló de distintos depósitos a las cuentas de Duarte, por 2, 4, 8 y 36 millones de dólares, además del de 96 millones a la Unión Ganadera.
El fiscal refirió el memorándum donde la defensa alega que Cesar Duarte no es responsable de los desvíos, pero Wu dijo contar con las pruebas de que el dinero fue para beneficio de Duarte y sus socios.
Usando una metáfora, alegó que “es como si un gobernador en los Estados Unidos desviara dinero para regalar ranchos y Land Rovers a sus amigos”. Además, el litigante agregó que “los cargos en que se sustenta la acusación son ciertos” y dejó abierta la posibilidad de que Duarte pudiera ser juzgado incluso en los Estados Unidos.
La jueza Louis le dio la razón al fiscal Wu, en el sentido de que el memorándum ingresado la noche previa por la defensa, con el que se busca descalificar al testigo Jaime Herrera, “no es contundente”.
En su participación, Juan Morillo, defensor de Duarte del despacho Quinn Emanuel Urquhart y Sullivan, intentó descalificar el testimonio de Herrera, pues dijo que «impactó toda la acusación y fue coaccionado”. Además, pidió evaluar la metodología del gobierno mexicano para detectar cómo es que consiguieron la evidencia contra su cliente.
Morillo puso en duda la validez de la investigación, a partir de lo que consideraron un testigo cuestionable, y que no le extrañaría que los demás testigos hubieran declarado bajo las mismas circunstancias. “La metodología pudo haber infectado el proceso”, insistió Juan Morillo.
Posteriormente, la jueza preguntó a Morillo si tenían certeza de la presunta coacción hacia los testigos, a lo que la defensa aceptó: «no estamos seguros».
El defensor del ex gobernador insistió en el argumento de que Duarte claramente es un perseguido político y que su caso no está debidamente sustentado. La jueza Lauren F. Louis preguntó a Morillo si la evidencia enviada al gobierno mexicano le parecía suficiente y el defensor respondió lo negó, pues no estaba probado el peculado.
Wu pudo responder que, a pesar de la sospecha de tortura y coacción sobre un testigo, el caso estaba debidamente sustentado por un juez mexicano y que las pruebas eran “creíbles y correctas”. Puso en entredicho una presunta grabación con la voz del testigo Herrera, presentada en una conferencia de prensa, y dijo que por una grabación dudosa “no se pueden descalificar a los demás testigos”.