José Manuel Meza/Hora Cero.-
REYNOSA, Tam.- En entrevista con Hora Cero, la directora de la Casa del Migrante “Nuestra Señora de Guadalupe en Reynosa”, sor Catalina Carmona, aseguró que la situación que enfrentan muchos extranjeros en la ciudad es una “olla de presión” que en cualquier momento podría salirse de control.
“La verdad siento que se avecina una crisis humanitaria, porque con la expectativa de que con el cambio de gobierno en Estados Unidos va a haber más facilidades en estas cuestiones migratorias los ciudadanos de otros países se están dejando venir en una gran cantidad. Al menos aquí en Reynosa estamos dos albergues y la situación de la pandemia lo hace todavía más difícil para todos.
“Tenemos que tomar medidas, porque tampoco se trata de poner a los migrantes y al mismo personal en condiciones de riesgo. Es complicado, porque desgraciadamente ya le hemos tenido que negar la entrada a muchas personas”, explicó.
Y es que no es la primera ocasión que este refugio de ayuda humanitaria ha colaborado ante un flujo migratorio de grandes proporciones.
“Son signos que nosotros observamos a pesar de las situaciones de riesgo que han estado pasando a últimas fechas con temas de violencia. Desgraciadamente ellos hasta que no lo experimentan en carne propia, es que no deciden dejar de intentarlo, pero como todos lo sabemos se juegan la vida, de poder ahogarse, ser secuestrados, extorsionados, ser agredidos en sus derechos humanos, son muchos los riesgos que ellos corren con y sin conocimiento de causa”, advirtió.
Dijo que estratégicamente la frontera de Reynosa es la más corta para muchas partes del país y por ende es una ruta natural para el tráfico de personas, pero ahora el escenario es más complicado por el elevado número de contagios de covid-19 que están afectando a la región.
“Por eso muchas personas se aventuran a venirse por acá. Antes de la pandemia este albergue podría recibir hasta a 200 migrantes, pero ahorita tenemos entre 40 a 50 personas. Estas medidas de prevención han permitido que no se hayan presentado brotes dentro de las instalaciones. Sólo casos sospechosos que se les dieron seguimiento, pero no han resultado positivos”, detalló Carmona.
La entrevistada mencionó que ahora mismo no hay ningún nacional albergado, sino que la principal población de este refugio es de origen antillano.
“Actualmente no tenemos ningún mexicano, la gran mayoría son haitianos y centroamericanos. Muchos de ellos vienen en familias, y es lo complicado, porque traen niños, mujeres embarazadas y es muy difícil negarles el acceso en esas circunstancias.
“Ya muchos vienen hablando español, porque algunos han estado haciendo permanencia en varios países de Latinoamérica. Unos han logrado asimilarse a la actividad económica de México, pero desgraciadamente también se ve esta parte de la discriminación o la falta de documentos que les limita el acceso a un trabajo”, comentó la religiosa.
Por último, expresó que por la misma desesperación la frontera de Tamaulipas es un punto en la ruta migrante en la que muchas familias se separan y en algunos de los casos transcurren meses o años para volver a reunirse.
“Se está viendo también otro fenómeno de mamás que entregan a sus menores, sea con algún pollero o con otro migrante que les ayude a pasarlos, con la finalidad de que al menos sus hijos pasen (a los Estados Unidos) y ellas se quedan aquí en México o se devuelven a su país. Es una situación muy dolorosa y preocupante también el hecho de que ellas lleguen a ese extremo”, señaló.